Extraña y helada es la noche hoy,
muy diferente a nuestro presente,
cuando revivo lo que ya sé,
lo que tú me has entregado,
y hasta aquello que no imaginas
que mi corazón pueda sentir.
Pero hoy eres totalmente mío.
Seguramente ya descansas,
si es que puedes aliviar –que aún lo dudo-
las enormes necesidades nocturnas,
tan alejadas y tan semejantes a las mías.
Esta fría noche necesito desvelar mi alma,
esta alma que lucha por no ser
lo que indudablemente ya es, tuya.
Hoy necesito plasmar todos mis recuerdos,
todo mi pasado que empieza contigo.
Qué ironía, que juego sucio nos juega la vida,
el mas grande sentimiento,
y el mas grande sufrimiento,
y cómo sentir que te pierdo,
siendo tan mío,
y cómo plasmar lo que siento en este momento.
La transparente igualdad es perturbada
en mi mente, en duros, amargos instantes,
donde mi corazón,
a través de otros medios,
encuentra respuestas.
*****, tan maravillosas, maravillosas,
y sin embargo la nombran a ella,
a la que no soy yo.
No trates de desviar tus emociones,
no confundas el talento con amor,
mi corazón percibe lo oculto.
Ya entiende mi intelecto,
la ausencia de tan preciada compañía,
en los escasos momentos de...pasión.
Transparente igualdad, mezcla confusa.
Tus espacios no han logrado
gracias a tu rápida reacción
y a tu gigantesco recuerdo,
ser mortíferamente penetrados, perturbados,
por la preciada compañía,
compañera nuestra en tantos otros dulces momentos.
Mi corazón cognoscitivo piensa.
La noche sigue fría,
yo sigo sola con tu compañía imaginaria,
tú sigues solo con mi foto siendo y no queriendo ser
una tan vacía y hermosa compañera.
Evita, evitas,
que mi recuerdo,
o mi aroma,
sean mayores,
sobrepasen una imagen.
Que tu musa en esta y todas las noches
sea mucho más que lo que
en aquella vacía fotografía,
pretendo ser.
Que no haya pretensiones en tu poesía,
que sea simplemente yo,
mi dulce aroma,
mi pelo de colores,
mi preciada sensibilidad lo que te llene,
lo que te llene tanto,
que tengas que recurrir a lo externo,
a una tinta como ésta que escribe,
para desbordar todo lo que yo soy,
y que no cabe en ti.
Lentamente la noche se va durmiendo,
poco a poco mi alma presume descanso,
mi mente reacciona solo ante mis palabras.
Palabras, oh, palabras.
Tan dulces, amargas, profundas,
pero faltas de recursos para captar,
para capturar lo terrenal, lo pasado,
los sentimientos, las emociones.
Tan pobres en ese sentido,
tan injustas,
tan faltas de mi corazón,
tan pequeñas a la inmensidad
de los corazones sumamente sensitivos.
Acaba hoy el día con esta noche.
|