A Humberto Serri, que vive de los cuentos y que no disfruta de mis poemas.

El cuento es un retornante empedernido...
mientras lo recorremos y nos adentramos
él retorna pasito a pasito
se adentra en nosotros
mientras nosotros, incautos,
nos entregamos a su espléndido azar
hasta que ya no quedamos nosotros
sino el relato en el que vamos siendo
el relato nos aniquila y nos rearma
a su antojo
el cuento va de asesino suntuoso
por nuestras vidas
de perseguidor piadoso
cuando aun no comienza
de virus de irrevocable angustia
cuando no ha terminado
pero eso si, siempre va de vuelta
¡quimeras los finales!
Creemos
(cándidos como siempre en nuestra intimidad)
que elegímos las citas
que guiarán nuestra memoria
pero el cuento ya se adelantó
ya se aprovechó
de nuestros recuerdos más sabrosos
para quedarse
para seguir volviendo...
recuerde señor lector
esta pequeña advertencia
¡vaya por el cuento! recórralo
hasta su supuesto final
pero tenga siempre claro
que mientras usted cree que va
el cuento ya va regresando
a su comienzo, a sus contingencias eternas
por eso cuando Usted toque
ese diminuto, ese incisivo punto final
sepa bien que el cuento habrá llegado
a donde siemmpre perteneció
es decir, a lo más profundo
de nosotros.

J. U.