tengo muchos libros viejos, llenos de violencia, amor, desamor, pasión, en fin, cosas humanas envueltas en letras y grandes sentimientos de un escritor... tuve suerte y muchas veces no la tuve, por ello, debo decir que vivo como todo ser mortal... hay días en que amo todo cuanto veo, debo decir que estoy lleno de amor, así como el agua dentro del mar... espero seguir en mi andar, escribir poemas, escuchar a un hermano, abrir el alma y leer todas mis respuestas, y cruzar este mar de preguntas a través del puente de la luz interior... así pensaba hasta que llegó un personaje a mi cuarto. era un muchacho muy parecido a mí... le pregunté cómo había llegado a mi casa. me dijo que estaba en ello... ¿estás o no estás?, pregunté... empezó a reír y aullar como un perro cuando escucha la sirena de un auto, luego, empezó a caminar por las paredes de mi cuarto hasta llegar a un rincón de mi cuarto y meterse como si fuera una cucaracha... me levanté y miré bien la esquina oscura de mi cuarto. ¿estás allí?, pregunté. estoy en ello, respondió... volví a sentarme en mi silla y empecé a escribir la historia de una persona que vive en la esquina más oscura de mi cuarto... mientras lo hacía, sentía miles de ojos sobre las páginas y páginas que escribía... de pronto, me agoté y decidí dormir... me tiré a la cama cuando sentí un tirón en mi pierna... me asusté y encendí la luz de la lámpara del velador... miré la esquina más oscura de mi cuarto y noté que alguien más estaba como aquel muchacho... ¿con quién estás?, pregunté... con uno de tus sueños, respondió. me pregunté me contase mi sueño, pues, suelo olvidarlo... me dijo que se trataba de dos personas de edad mediana que nacen ciegos. una señora compasiva los cría y viven sin saber que no ven... todos el pueblo les ve andar de la mano, oliendo, sintiendo, soñando mientras viven, hasta que llega una mujer muy hermosa... ambos se enamoran de aquella mujer de voz angelical y de manos delicadas... de pronto, me dormí en mitad de su historia y tuve muchas sueños... nuevamente sentí la mano de algo que hizo levantarme... miré la esquina de mi cuarto y noté que no había nadie... me levanté y noté que dos personas estaban sentadas en mi mesa, escribiendo... ¿quiénes son?, pregunté. ambos dijeron que eran una parte de uno de los tantos sueños. me pidieron que siguiera soñando para terminar de escribir la historia. me eché y volví a dormir... esta vez dormí y no soñé nada de nada. todo negro, así como la esquina mas oscura de mi cuarto...
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