Las sombras maltrechas esperan siempre
El momento oportuno para
Hablar de su oscuridad.
En una habitación clausurada por dentro
Es predecible sufrir con el sonido de los saxos desafinados.

Yo sufro con los saxos.
Y no solo con los saxos.

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Tengo fobia a cosas variadas:

Pero no vale la pena enumerarlas;
Todas me derivan a la muerte.

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En el mismo cuarto clausurado por dentro,
En la misma cama hedionda a polvo
Cinco millones de notas le desgarran las sábanas,
La cara, la sombra, el tiempo y el espacio.
Entre cuajos de carne caliente
Le llora a su propia vida.

También a las guitarras, a los tambores, a los pianos eléctricos
Y, especialmente, a los saxos.