Desperté de un sueño muy angustioso en el que me sentía asfixiada
Una vez mas no podía soportarlo y es que cuando miro sus ojos se la verdad, me estoy enamorando
No, no es posible ¿Cómo me puede estar pasando esto? Y ya no es un sueño, no es mi orlando Bloom, es un simple mortal es Daniel, un chico guapo, muy serio y enojón.
Pero fue eso lo que me atrajo irresistiblemente hacia el como la miel a las abejas.
Mientras me siento en la cama, y analizo el sueño, me viene a la mente de cómo fue que llegue a estar en esta situación.
Hace casi un año y más porque hace tiempo ya lo había visto. A primera vista me pareció una persona nefasta, sencillamente me cayo mal. Pero como era lógico medio mundo creyó quera mi pareja perfecta. Porque éramos similares, no se en que pero así lo creían. No me gusto nada su ridícula idea además estaba feo con f de foco fundido.

Paso el tiempo y yo seguía en las nubes y ni me fijaba, además solo lo veía cada fin de mes. Un verdadero alivio. Mas sin embargo algo de su personalidad fría me atrajo poco a poco, su seriedad su bajo perfil me atraían a el.
Sus ojos fue en lo primero que me fije, son de un azul inigualable, jamás había visto ojos como los suyos tan grandes y tiernos que contrastaban con su piel blanca como la leche, su cabellera castaña y brillante, sus labios perfectamente besables y su perfil, no me quedo mas que decir guau no podía creer que si lo veía bien encontraba otra perspectiva de Daniel.
No me pude resistir así que al finalizar su presentación le pregunte si le podía tomar una foto y si podría darme clases. El toca el tambor.
Al fin le había hablado, pero el muy serio solo me dio su correo y me dijo que el checaría.
Mas sin embargo nunca me contesto mis correos, y yo sufriendo.
No podía ser ni con mi mejor amigo me pasaba.
Y una y otra vez me preguntaba porque me sentía así y mas por alguien a quien no conocia. El tiempo paso y el supuesto sentimiento que no es amor o no se crecía.
La frustración aumentaba de modo palpitante.
Soñaba con verlo.
Pero mientras eso me pasaba yo seguía enamorada de Ernesto mi maestro de gaita, tenia mi edad y era lo que me gustaba. Pero de cierto modo yo sabia que éramos muy iguales y eso si era una fantasía, y tenia una novia muy corriente mas que la electricidad.
Daniel seguía presente en mi mente era como una espina clavada en mi congelado corazón se me enredo como una agujeta al tenis. Mil poemas e amor escribí para el pero no funcionaba solo lo escribía y solo empeoraba mi situación emocional.
nunca he sabido el porque me enamoro de imposibles, ni siquiera sabe que existo y yo muriendo de amor por el, no de un sentimiento.