Los niños observaban atentamente el cuerpo inmóvil del hombre que yacía tumbado boca arriba y discutían sobre que le había pasado.
- Estará dormido.
- Yo creo que está muerto.
- A lo mejor está borracho, a mi padre lo han encontrado así algunas veces.
De repente el hombre habló con una voz dulce y melodiosa:
- No es nada de eso, niños. Estoy jugando a figuras en las nubes. ¿Querríais jugar conmigo?
- No conocemos ese juego, señor – dijo Frank, un niño de gran imaginación que siempre tomaba la iniciativa en situaciones novedosas.
- Es muy fácil, yo os enseñaré. Os tumbáis en el suelo como yo, mirando al cielo. Entonces elegís una nube y pensáis a qué se parece.
Al ver que nadie se movía, continuó:
- Bueno, si queréis empiezo yo para que os hagáis una idea, ¿de acuerdo?
Los niños se fueron tumbando en el suelo tal y como les había indicado, permaneciendo a la expectativa.
- Mirad, ¿veis esa nube pequeña que está allí? Al lado de esa tan grande. Para mí es una pelota de rugby.
- Ahhhh - dijo Frank - pues a mí me parece más un melón.
- Pues aquella es como mi perrito.
- Y yo estoy viendo allí la cara de mi mamá…
Y así cada niño iba diciendo lo que veía. Justo cuando mejor se lo estaban pasando sonó el timbre que marcaba el final del recreo. Todos los niños se levantaron y corrieron de vuelta a las clases.
- Adiós, señor. ¡Hasta otra!
- La imaginación os hará libres, ¡no lo olvidéis nunca! – les gritó el hombre mientras se marchaban.
En unos momentos ya no quedaba nadie más en el patio, sólo el hombre permanecía allí tumbado con una sonrisa de felicidad en el rostro.
Una vez en clase los niños ocuparon sus asientos mientras el profesor consultaba sus notas en el ordenador. Cuando hizo ademán de continuar la lección se percató de que un curioso silencio se había hecho de repente.
- Vaya, estáis muy callados. ¿Habéis tramado alguna travesura? ¿Alguien tiene algo que decir?
Al ver que nadie se decidía fue Frank el que habló primero:
- Profesor, hemos encontrado a un señor tumbado en el suelo del patio que estaba jugando a figuras en las nubes y nos ha pedido jugar con él. ¿Ese hombre está… es lo que llaman un loco?
El profesor meditó unos instantes su respuesta.
- Creo que el hombre al que habéis conocido es el Doctor Bishop, uno de los mejores científicos del mundo. Y no, Frank, no está loco. Trabaja demasiado y supongo que también tiene derecho a un poco de recreo que aprovecha para evadirse…
La mirada del profesor pareció perderse en el infinito. Fue Nely, la niña más brillante de la clase, la que le hizo regresar a la realidad con otra pregunta.
- Señor, ¿podemos entonces seguir jugando con él?
- Claro, Nely, podéis jugar todo lo queráis. Quizá algún día incluso jugaremos de verdad a figuras en las nubes, cuando podamos volver de nuevo a la superficie…
Dedicado a claraluz. Tus textos miran el alma humana como nadie y tu amistad no tiene precio. ¡¡¡Feliz cumpleaños!!! |