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Inicio / Cuenteros Locales / 2blego / GRABACIÓN PÁNICA (psicocontinuación de un teatro pánico)

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La mente no puede descansar tranquila, hay algo que se puede oler, hay algo en lo que te quedas pensando, una verdad oculta que te intriga y te provoca la más pesada de las incertidumbres, un teatro pánico que queda con muchas dudas. ¿En la vida “real” pasan estas cosas?, ¿ocurren cosas a tus espaldas y quieres voltearte a mirarlas?... No hace falta voltearse cuando los símbolos te lo dicen… y están ahí, frente a tus narices.

Cristopher, el último nacido entre la familia de los incestuosos, nació con toda la carga. Un ser sentenciado por los pecados ajenos, él es el candado, un sello de secreto, el símbolo del silencio, el autista.
Erica odia a este ser, y no se explica el porqué, su presencia le incomoda, su mirada penetrante y tan callada no le permite acercarse, siente que la desnuda, siente que su voz calla, siente el poder que tiene sobre ella, es insoportable.
Elio, calla muy bien, nunca se sabía dónde estaba, que era lo que le gustaba hacer, ni el tampoco conocía sus cualidades. Como te conté antes, tiene una cámara que arde en pecados y que se humedece en sangre, absorbió la brutalidad y el pánico.
Alondra que tiene una tendencia malvada, escudriña los objetos personales de cada miembro, soñando con poder encontrar algo y así jugar con el chantaje, por la reacción que ve en Erica cuando Cristopher merodea la casa sin rumbo, siente que algo puede haber, algo que la inconsciencia se encarga de mostrar invisiblemente, pero alondra lo puede ver.
Pasan los días, y Erica se ve embriagada por una angustia enorme, una angustia visceral, muchas veces piensa en un suicidio, que la haga descansar, cuando está apunto de aceptar una primera opción, aparece su hijo malcongénito, Elio, que con sujetar su mano, es capaz de entregarle un poco de tranquilidad, pero hoy en especial, no solo tomó su mano, Elio pudo notar la profunda agonía de su madre y decidió mostrarle su secreto. Elio hizo que Erica, su madre, lo siguiera hasta su cuarto, despacio, moviéndose con más dificultad que antes. Erica se aceleraba, era primera vez que su hijo intentaba decirle algo. Elio escarbaba entre sus juguetes, sacaba uno tras otro, hombres con cabezas de conejos, arañas con patas humanas, títeres, osos con ojos de botones, hasta encontrar uno particular, una cámara, una cámara que alondra había perdido, se encontraba en el fondo, en el fondo estaba la verdad.
Alondra está buscando a Cristopher.
Erica toma la cámara que Elio le extiende con sus brazos, erica no cambia su cara de asombro y miedo. Toma la cámara y la revisa,
-¡ALTO!- grita Alondra, golpeando la puerta bestialmente
- ¡aquí no habrá sólo una sanación!, ¡nos sanaremos todos!
Alondra tenía una gran telepatía, una intuición sobre las cosas, venía percatando este problema y este por venir hace mucho, sabía que ahora era el momento, pero también era malvada, no se sabía si lo que decía era parte de su juego diabólico por ver a la gente sufrir a su lado o por verdaderamente sanar y sanarse ella misma.
-¿de qué hablas hija?- le preguntaba confundida Erica, la madre
- ¿no lo ves ni con tus ojos madre?, sea lo que sea que haya en esa grabación, la veremos todos-
Los sentó a todos, Cristopher fue obligado a ver la grabación, alondra sujetaba sus parpados para que no los cerrara en ningún momento.

Comenzó la reproducción.

(Primer y último acto, A= alondra/B= adán)
A: este será nuestro secreto, nadie lo sabrá, te amo desde que nací, y hoy siendo ya madura sé que puedo y no debo hacer, y dime, ¿qué es en fin lo que debo o no debo hacer?, somos carne, busco un significado de familia, y lo único que encuentro es que la moral me dice que no es permitido una unión carnal con mi padre o madre, pero si lo ves de mi punto de vista, la única unión que puedo ver es la nuestra padre, la carnal, te deseo, penétrame en lo más profundo y hazme realmente parte de ti…
B: no puedo ¿te has vuelto loca?, eres mi hija y no podría, es un pecado, después de tal acto tendría que quemarme.
A: si encuentras que es necesario, lo haremos los dos, busco la unión, no me veas como tu hija, mírame como un ser, y no como un producto de creación tuya, satisface mi inconsciencia, te busco de mil maneras y en la única que te puedo encontrar es en esta ¿ves nuestra historia de amor?
A comienza a frotar el falo de B, cada vez con más rapidez y brutalidad, una desesperación incontrolable, el respirar se acelera emitiendo ruidos cada vez más graves. B toca los pechos de A como si sus brazos y manos tuvieran un alma propia, un alma que A posee sobre B, llena de lujuria, sobajea una y otra vez, se acarician con fuerza, una energía espesa desprenden el tacto en los cabellos, los brazos, la cara, las piernas, sus órganos, la espalda, sus cuellos, sus besos, las manos, sus pies, los pechos, el cuerpo, un cuerpo que arde en la pasión incestual, que hace gozar de alegría al mismo demonio.
A: quítame todo, deshazte de mi ropa que me pesa, desnúdame y lame mi cuerpo.
B quita cada ropaje de A, le quita sus prendas superiores, su camisa, quedando en frente de sus pechos, los toca y presiona con deseo, lame los pezones, los retuerce. Acto seguido, baja sus pantalones con suavidad, arrodillándose ante A como exigiendo un perdón, baja su calzón, y la alza hacia él, la recuesta y abre sus piernas para introducir su lengua.
A: eso es, saboréame, lame cuanto quieras, investígame, tócame.
B recorre su vagina ya olvidándose de todo, huele una y otra vez, y vuelve a lamer,
A: no hables, no pienses, olvida todo.
Pero como una ráfaga, A se para quita su ropaje por completo, y de un cajón saca una venda
A: deja de mirarme como una niña, como tu hija, tus pensamientos no me dejan tranquila.
Y amarra a B, tapando casi toda su cara. B sin quejas comienza ser despojado de sus ropas hasta quedar completamente desnudo.
Ahora penétrame, completa mi ser con el tuyo
B entregado, o mas bien, poseído, penetra con brutalidad a A, tomándola del cuello como símbolo de ahorcamiento, apresa cada vez más, A ríe, está delirando, le escupe mientras su cara se torna de un rojo fuerte, sus venas parecieran reventar. B penetra con fuerza, busca por donde mirar, en su oscuridad sólo él sabe que debe imaginar, busca los pechos de A, revolcando su miembro en su vagina, A ya comienza a ahogarse, le gustaría poder estar así todo lo posible, pero moriría, decide sacarlo de encima y ella ahora obtener el poder. Se introduce el falo de B, y se siente con el poder, lo apresa con sus piernas fuertemente, le da golpes, se estira lo más posible, retuerce su cuerpo, es un vaivén desquiciado, a cada minuto más rápido, con apretones y golpes, una posesión, malvada, comienzan a botar sus líquidos, el transparente lubricante de A chorrea por sus glúteos, mojando en gran parte las sabanas, mezclado con la eyaculación cada vez más grotesca y brutal de B, que agarra prisionera de las muñecas a A, en un clímax satánico, intenta estar dentro lo más posible de A, hasta que un grito desesperado y ensordecedor y con las garras de A clavadas en la espalda de B, culmina el acto sexual, todo acaba, como tiene que ser, con un falo y una vagina sangrante que escurre por ambos sexos, acto lamentable, lagrimas rojas, sangre en sus sábanas que forman el círculo y pacto.
A: ahora te logro sentir, firmaste conmigo, y será como lo dije antes, nuestro secreto.
B: sólo quiero que te marches…
Detrás de la cámara se escucha un llanto.
Se acaba la cinta.

Alondra, con sus manos tapándose la boca, se encuentra sin palabras, erica con lágrimas sin expresión, no dice nada, el hijo malcongénito parece desmayarse, debido a tal peso que a liberado, y Christopher, parándose, decide soltar un llanto estremecedor, ha abierto sus cuerdas vocales, se arrodilla frente a Erica y extiende sus brazos.
-¡Tú, t….tú eeeres mi madre, madre!
Y abraza a Erica, mientras ésta, lo sofoca con un cariño preso por mucho tiempo. Alondra se dirige a la cocina, donde logra encontrar combustible, aprovecha el momento en que todos están desconcertados. Sale de la casa y enfrente, mirando hacia el cielo…
-Te quemaste y ahora lo haré yo, eso es lo que busque ¿cierto?, ahí voy padre
Roció el líquido entero sobre su cuerpo y prendió fuego. Una real antorcha humana, sin gemidos de muerte, sin quejas, purificando sus males y uniéndose a su propia hazaña.
Erica y sus hijos miran como se realiza tal acto, como se consume, como cae cenicienta Alondra. Todo se esclareció, el candado se abrió, y una paz inundó los corazones de cada miembro. Basta de secretos y tormentos, de opresiones y miedos, el payaso (Erica) ya no sufrirá tras bambalinas, el simple humano (Elio) convivirá con los insectos y se realizará con su consciencia plena, el empresario y la monja (adán y alondra) se quemaron, buscando la iluminación, el papa (marcos), se suicida evitando guerras, divisiones, y una absoluta verdad, y el mimo(Cristopher) , el último en hablar, será el último en callar, sacando su máscara de tristeza, para remplazarla por la de “felicidad”.
Se abre el telón…
Fin.

Texto agregado el 05-11-2010, y leído por 117 visitantes. (0 votos)


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