7:50 am y yo debería estar en mi trabajo archivando los documentos del licenciado, por alguna razón la alarma de mi celular no me despertó y ahora tengo que inventar una buena escusa para no perder mi trabajo de nuevo.
Me levanto lo mas rápido posible, y hago un intento por lavarme los dientes, no me queda tiempo para peinarme, tomo mi portafolio y salgo de inmediato a tomar el metro, me recorro al ultimo vagón para poder alcanzar un asiento, el mismo asiento que tomo cada vez que voy al trabajo, entro, me siento junto a la ventanilla y de reojo veo que alguien se acerca al asiento frente al mío, es ella, quien mas, la chica que me he encontrado en el mismo vagón y en el mismo asiento por catorceava vez en este mes que he tomado esta ruta para llegar a la oficina.
Cada día en el trabajo, en mi casa y cuando trato de dormir, pienso en ella, en que piensa y porque me la tuve que encontrar este día, en el mismo lugar pero una hora mas tarde de lo normal, ¿donde trabajara? , ¿tampoco habrá sonado su celular despertador?, será coincidencia o el destino, tal vez le gusto y me sigue, o me quiere secuestrar. No me atrevo a mirarle de frente y preguntarle lo que sea, menos decirle que me encanto desde el primer día que la vi. y que me gustaría invitarla a salir, sus rizos color chocolate me distraen y no creo poder salir del mar de dulzura que ahí en esos ojos rasgados, estoy seguro que me quedaría pasmado frente a ella sin decir una palabra.
Le he contado sobre ella a mi amigo Iván de la oficina, que cada vez que vengo a trabajar me la tengo que encontrar, que sé que se me queda mirando esas 5 estaciones que recorro diariamente y ahí veces que hasta me sonríe, de la misma manera yo le contesto con una pequeña sonrisa pero no me atrevo a decir nada mas, que tal si solo es amable conmigo, y si la invito a salir y ella dice que no, que es casada o algo así, ya no aguantaría la vergüenza del diario al encontrármela ahí en el metro, sentada, dirigiendo su dulce mirada a mi pero sin recibir su respuesta, mi amigo me dice que me aplique si de verdad me gusta que no deje ir una oportunidad más porque talvez al otro día ella ya no iba a estar ahí, que era lógico que ella quería conmigo, las miradas, las sonrisas, el insistir viajar en esa misma parte del metro diariamente, aunque todo eso sonara lógico no me convencía y no me aseguraba el amor de esta muchacha, así que decidí preguntar por otras partes.
Entre a una comunidad virtual donde la gente pregunta cualquier cosa esperando que otro usuario en alguna parte del mundo le diera una respuesta certera o por lo menos lo que el solicitante quería escuchar, preguntas desde cómo se hace una gelatina hasta preguntas de física quántica, no creí que la mía tuviera tanto problema en ser contestada así que me decidí a publicarla y contar mi historia, la primer respuesta se tardo menos de un minuto y venia, al parecer, de un joven que había pasado por algo similar, me interese al saber que el se había atrevido a hablarle a su vecina con la escusa mas tonta, pero que hoy en día esa escusa tonta los había llevado a 19 años de casados, otras 8 respuestas que iban desde insultos por no darme cuenta de la obviedad de mi caso, hasta gente que decía que mi inclinación sexual era otra de la que yo pensaba, gente amable diciéndome que tenia razón en todas esa probabilidades malas que pasarían si yo me aventuraba a interactuar con ella pero que si no lo hacia me iba a quedar toma mi vida sin saber que pensaba ella de mi cerrando con un “el que no arriesga no gana”, pero hubo una respuesta que fue la que me llamo más la atención, provenía de una chica, contaba que ella pasaba por algo parecido y que curiosamente también le pasaba con un chico en una estación del metro, ella tampoco se atrevía a hablarle porque al parecer el chico no presentaba signos de interés sobre ella por lo que se limitaba a solo verlo esperando una señal de su parte, que ella tenia las mis dudas que yo, pero que se había propuesto a conocer tan siquiera el nombre del misterioso chavo aunque se muriera de la pena, por lo menos se quitaría esa duda, dijo, por ultimo me decía que era seguro que yo le interesaba a esa chica que si queria conmigo.
Ahora estoy más seguro de lo que haré los próximos días que la vuelva a ver, le preguntare su nombre y la invitare a salir, por ahora no puedo voltear a verla y decirle cuanto me gusta, no hasta pensar en una escusa para que no me corran
|