Basta con respirarte simplemente y el tiempo empequeñece,
Silencios, vacíos, no importan,
El tiempo se detiene.
Se oye, a lo lejos, la estupidez de la gente,
Discusiones, sollozos, no importa,
El tiempo se enmudece.
Se han acabado, de pronto,
Mis depresiones evidentes,
Sólo guardo en un rectángulo un pinchazo que me pierde,
Que me aleja, que me duerme,
Aun así estoy seguro que tus ojos me protegen,
Me dan fuerza, me sostienen.
Cuando el tiempo empequeñece,
Es que me doy cuenta que sin pensarlo ni buscarlo
Te miro a la cara, frente a frente,
Y digo que te amo, así…simplemente,
Aunque mi vida empiece de nuevo
Y aunque jeringas desalmadas apresuren el momento de mi muerte.
El tiempo empequeñece cuando estoy contigo
y los relojes atontados se sienten ridículos al hacer tal necia función.
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