Los temas ambientales son muy mencionados últimamente, donde quiera escuchamos hablar del calentamiento global, del cambio climático, de la destrucción de la capa de ozono, de la contaminación de los océanos y una serie de problemas ambientales que afectan a las diferentes sociedades del mundo, producto de la actividad humana o el “DESARROLLO HUMANO”.
Estos grandes temas son muy interesantes, pero estamos perdiendo de vista los pequeños problemas ambientales que se presentan día a día a nuestro rededor; como la común extracción de materiales en los ríos para la construcción, el corte indiscriminado de manglares en las costas para construcción hotelera, la deforestación abusiva para conucos y producción de carbón, la explotación de pequeñas minas sin supervisión ambiental, y las grandes minas ni hablar (que hacen más ricos a los ricos, dejando con menos recursos a los pobres).
Uno de los principales problemas ambientales es la inmigración masiva del hombre del campo a las ciudades (urbes), el cual es un problema doble, se descuida el campo junto con la producción y se dificultad la convivencia en la ciudad por la alta densidad poblacional sin planificación de las autoridades municipales.
Muchas de las inundaciones que se ven en diferentes regiones, es una evidencia de lo que hablamos, se están levantando diariamente poblados en lugares muy vulnerables producto de la elevada cantidad de personas que se desplazan del campo a la ciudad sin ninguna planificación territorial.
No debemos olvida la tragedia del río Blanco el 24 de mayo del 2004, con el desbordamiento del río que nace en Haití con el nombre de Soliett. Se estima que unas mil personas murieron entre haitianos y dominicanos.
Las aguas del río destruyeron casi por completo el barrio La 40, de Jimaní, el sector más marginal del pueblo, donde conviven familias haitianas y dominicanas. El horror se apoderó de Jimaní a eso de las 4:00 de la tarde, entre el lodo, se podía ver la cabecita de un niño que no pudo escapar de la inundación. Cerca de él, casi sin percibirlo, se movían de un lado a otro, vecinos que lograron sobrevivir a la tragedia, cargando unos pocos ajuares.
En la desbordada morgue del hospital, los cadáveres se apilaban unos sobre otros, dando la dimensión de la tragedia.
Esa tragedia en parte fue producto de la construcción de una barriada encima de la trayectoria de un rio que fue represado.
Es un verdadero reto garantizar una mejor calidad de vida en el campo que detenga esta inmigración e incluso buscar la forma de que este tipo de tragedia no se repita jamás. Pero para eso hay que fomentar proyectos ambientales y de producción agrícola que permita el retorno de personas que han abandonados sus orígenes.
Muchas gentes del campo tienen nostalgia de sus días felices en contacto con la naturaleza, de sus vidas sencillas pero buenas, de sus trabajos sin complicaciones pero dignos, ellos merecen que los líderes piensen en eso y mejoren la calidad de vida en la zona rural.