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Día 1:

Transcurría el censo 2010. Ésa era la noticia. Cumplo y trato de volverme a dormir. Pero un llamado me dice ¿te enteraste? … murió Néstor. Un amigo me avisaba. Y ya decir “Néstor” no es un hecho menor, porque así lo sentí, con la sensación de cercanía que te da un nombre sin apellido. Néstor me decía, Néstor. No lo podía creer, pero lo que menos podía creer es que me estaba doliendo. Bastaron pocos segundos para largarme a llorar. Llorar por un presidente, a mis 30 años jamás lo hubiera imaginado. Lloré, y no con el llanto espectacular al que te empujan los medios cuando tiran una noticia para conmocionar.
Con las horas ese llanto se transformó en bronca, en dolor, en miedo. Alguien me dejaba. Alguien a quien tan solo vi personalmente una sola vez de lejos, entrando a la cancha de Racing (casi) como un hincha más. ¿Cómo desentrañar esta sensación de angustia?, ¿qué significa?, ¿por qué duele?
Escucho justo aquel tema de Serú y la letra se me resignifica más que nunca… “…si todo el mundo alrededor piensa que estás muerto, yo veo la transformación y la estoy sintiendo…”. Ver y sentir. Qué más podría pedirle a un presidente. Seguir viendo lo que deseo, seguir creyendo. Seguir queriendo llamar patria a mi país.
Quise ir a la plaza, porque sentí lo mismo que dijo alguien por ahí: “vine porque acá pareciera que duele menos” y después de todos los ojos que vi, de todas las manos que vi, de todas las lágrimas que vi, lentamente y aunque parezca una frase hecha la escribo: la muerte se transformó en esperanza.
Aun su cuerpo no había llegado a la casa de gobierno, fue la primera noche de espera y vigilia. La gente se miraba, como queriendo entender. En un momento necesité quedarme sola. Escuchar y ver. Con los ojos y las orejas de uno mismo, esos que tanto trataron, tratan y tratarán de castrarnos. Me quedé largo rato en el centro de la plaza, perdiéndome entre la gente, siendo la gente. Escuchando las voces cuando se unen, sintiendo su poder. Pero también me paré cerca de algunos grupos de jóvenes y escuché. Tienen 20 años, unos más, otros menos y me sorprenden. El discurso está encendido, están de pié y creen. Creen en alguien. Creen que desde la política se puede cambiar las cosas. Creen en la política, esa mala palabra que gracias a los K ahora está felizmente en boca de (casi) todos. Hacía diez años, en esa plaza, un pueblo pedía que se vayan todos. Ahora me toca formar parte de este cambio. De aquella frase a rogar que alguien no se muera, hay un abismo tan grande que no se puede explicar. Y los que sentimos eso “no estamos locos, pues sabemos lo que queremos”, como dice otra canción.

Día 2:

Al otro día volví, y el panorama era diferente. Mucha más gente. Y aquél hombre allí adentro con los ojos cerrados nos abría los ojos a todos. Pude entrar, ser una de las miles y miles de personas que se acercó a la presidenta. Y grité casi sin darme cuenta: “Fuerza presidenta. Te necesitamos. Gracias”. Me saludó, y con ese mínimo gesto individual, me sentí un poco más en calma. Querer decirle eso a la presienta, necesitarlo, otra cosa que jamás me hubiera imaginado. Tenía la sensación de que si no lo hacía no me lo perdonaba. Hasta donde habrán llegado estos tipos en mí para que sienta esto. Otra vez más, no hay palabras para explicarlo.
La primera vez que me acerqué a ella, fue en el Teatro Roma, en Avellaneda. Tenía la intención de decirle que ahora había que poner el acento en el transporte, en los trenes, en recuperarlos. Cuándo me acerqué a saludarla no pude decir nada de lo que pensaba. Cristina te mira a los ojos y espera que le hables. No saluda al boleo. Lo único que le dije fue “fuerza”. Y muchos me cargaban con la anécdota, y sí…
Ahora volví para decirle lo mismo, pero esa palabra está repleta de sentido. Completa. Renovada. Pura convicción de desear que continúe con este proyecto y que lo profundice, cada vez más.
Salí emocionada. Nunca había entrado a la casa de gobierno. Nunca había querido. Fui a la plaza. Escuché y miré, una vez más lo que no alcanza a transmitirte ni la radio ni la tele. Y me sentí muy a gusto, muy en casa, con las personas que me rodeaban. Eso también es este gobierno. Esto también son los K. Por una pantalla gigante aparece la imagen de Chávez abrazando a Cristina. La plaza explota. La plaza aplaude al que quiere y repudia al que no quiere, y esa certeza me conmueve. Esta gente sabe quien es vende patria y quien no. Esta gente sabe. Una plaza explota cuando llega Lula. Qué Argentina señores, que Argentina estamos teniendo, reivindicamos a los líderes latinoamericanos que se lo merecen. Hacía diez años esto era impensado. El abucheo se lo lleva Tinelli, Reuteman, y tantos otros que me hacen sentir que hay mucha gente que ya no come vidrio.

Dia 3 hacia el futuro

No quiero con esta carta hablar específicamente de acciones políticas, esas las pueden encontrar en un buen y digno analista. Y ya las podremos hablar en persona. Simplemente quiero compartir con los que sienten lo mismo que yo, y tratar, humildemente desde mi lugar, abrir un poco el corazón y la cabeza de los que aun (para mi modo de ver, claro está) no están viendo lo que está pasando. Ese no ver, me animo a decir casi segura, que está castrado. Lamentablemente no es un no ver propio y lo lamento muchísimo. Hagan el ejercicio de imaginar que si no hubiera existido el monopolio que aun tenemos, probablemente no sentirían lo mismo que sienten. Es terrible.
Los que saben me dicen “hay que esperar, los jóvenes están de pié, sí, pero está todo muy verde” y es cierto. Pero también es cierto que esto que renació y no salía casi en ningún medio, estaba brotando por todos lados. No se puede tapar el sol con la mano. Somos muchos, y venimos sintiéndonos mal porque los medios no nos representan y porque la gente nos ofende. Acá hay un punto clave, y aprovecho esta oportunidad para decirlo: no tengo ningún problema con el que piensa distinto, pero siempre que tenga argumentos para sostener su discurso. No quiero que me encasillen más en esa que nos encasillan a todos “Ah… ¿Sos Kirchnerista?, no se te puede decir nada en contra…” sé que a muchos de ustedes les pasó y les va a pasar eso. Y esta carta es tan personal, porque creo que así es la única manera de llegar al otro. Contándolo totalmente desde uno. Sin repetir discursos armados. Eso también fue NK, una personalidad que no se le parecía a nadie. Gracias por eso también.
¿Qué tenemos que hacer ahora? Me pregunto, se los pregunto. Seguir apoyando este modelo con nuestra convicción y nuestro voto. Seguir debatiendo e informarnos para poder llegar a los detractores. Estar despiertos. Leer. Caminar y ver. Hablar con la gente.
Cuántas cosas nos deja este hombre. Un hombre imprescindible porque como dice B. Brecht es de los que lucharon toda la vida.
Me siento orgullosa de una parte de mi país. Nos quisieron vender tanta mierda, pero ahora lo siento más que nunca y ustedes saben desde que lugar hablo y que me pasó en esta vida. Y si me permiten, tómense eso también como algo personal, anímense a pensar los que aun no me entienden, qué me pudo haber pasado para apostar así, teniendo la historia de vida que tengo. Por eso no quiero que me falten y nos falten más el respeto. No nos griten, no nos insulten, porque no estamos locos. Si los que no nos entienden pudieron ver un poco la tele, escuchar a la gente de abajo y del medio, agradeciendo y llorando, y lo pudieron sentir, sé que en una parte íntima de su corazón habrán pensado que este hombre que se fue físicamente, habrá hecho algo bueno. Si pudieron escuchar a ese gran hombre de campo lo que le dijo a Cristina, sé que pudieron sentir la vergüenza de haberles creído a esos hijos de puta.
Que la muerte sirva para eso también. Porque la muerte resignifica la vida. Pasolini decía que la muerte es el punto final del montaje de la vida, y la que la resignifica toda, porque si unos días antes de la muerte, esa persona hace algo que va en contra de su ser, ya no podríamos verlo igual, a pesar de todos sus años de vida. Para mi NK fue coherente con sus objetivos. Y su muerte, sin duda resignifica, engrandece y vuelve poderosa su vida y la de todos los que abrimos el corazón a ella. Desde el 2003 a esta parte, siento su camino como una inmensa transformación. Hizo lo que pudo en momentos muy difíciles, con aciertos y errores, y cuando se asentó comenzó a redoblar la apuesta. Hasta nos dejó a nuestra inmensa presidenta. En mi historia particular, fue gracias a ella que me acerqué a este proyecto. Ella fue quien me llegó al corazón. Ahora sé que esto no se trata de personas. Se trata de proyectos, pero estoy convencida que lo que nos abre el alma es el carisma de los líderes. Por eso al hablar, siempre hablar con fundamentos, y poniendo sobre la mesa quienes somos y que país queremos. Basta de nimiedades. Debatamos con contenido. Desenmascarando a los sin vergüenzas. Porque lamentablemente en este país hay muchos sin vergüenzas. Y hay mucha gente ignorante, que bardea para participar de un hecho del cual de otra manera ni podrían hacerlo. Me da mucha bronca esa gente, particularmente la gente que tiene la oportunidad, los medios, la educación para pensar por sí misma y eligen no hacerlo. Repito: eligen no hacerlo. Alguien que conozco dice: “No conspirar es conspirar”. Gran frase. Me da muchísima bronca y lo digo abiertamente. Porque hay mucha gente que lamentablemente, aun no tiene oportunidad. Y esa deuda es inmensa. Al que le quepa el saco que se lo ponga.
Ojalá toda esta emoción la podamos canalizar en profundizar la transformación. Ojalá NK desde la muerte se agigante, estoy segura que sí, porque así lo hicieron todos los líderes latinoamericanos que quisieron cambiar algo. Lo venía diciendo, muchos de ustedes me habrán escuchado, “la historia ya le dará el lugar que se merece”. Ese punto final de la vida llegó antes de lo esperado, pero ya me animo a decir que todas las páginas que se escribirán sobre este hombre, tendrán que ver con la transformación de un pueblo.
Hoy mis tías cobran una jubilación que jamás hubieran pensando. Hoy nace un niño que tendrá el respaldo de la asignación universal por hijo. Hoy prendo mi tele y tengo muchos canales gratis con un contenido que me enorgullece. Hoy la alegría del fútbol es para todos. Hoy me enorgullezco más que nunca de pertenecer a Latinoamérica. Hoy sé que pronto tendré una ley que me permitirá tener más medios para elegir. Hoy veo en el centro de la escena a las abuelas y madres de Plaza de Mayo con el respaldo del Estado. Hoy los laburantes tienen sus paritarias. Hoy me reúno con amigos y hablamos de política. Hoy muchos asesinos de la dictadura están presos. Hoy creo un poco más en la corte suprema de justicia. Hoy sé que hay otros poderes que no elegimos, y que pesan mucho más que el poder político. Hoy nuestra presidenta en sus discursos nos habla de San Martín, del Che, de Jauretche, de los líderes latinoamericanos. Hoy mi presidenta se abraza con Lula, con Chávez, con Evo, con Correa. Hoy vivimos un bicentenario inolvidable.
Apoyemos a Cristina con nuestra presencia y nuestro voto, desde lo mínimo a lo que podamos hacer cada uno desde su lugar. Lo que sentí estos días es inolvidable. Ahora sé que están todos por ahí. Los vi. Están vivos, llevan banderas y cantan. Gritan y lloran. En la fachada del gobierno porteño decía: “ni se atrevan”. La gente gritaba “Andate Cobos”, “para Cristina la relección”, “che gorila, che gorila, no te lo decimos más si la tocan a Cristina que quilombo se va armar”. La gente gritaba por la unión latinoamericana. La gente gritaba en contra de Clarín.
Esa gente es mi gente.
Que lindo vivir sobre este suelo sembrado de semillas.
No perdamos la alegría.
Un abrazo a todos.

Texto agregado el 02-11-2010, y leído por 207 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
12-04-2011 A f¦Õinales de los 90, y de ah¨ª al 2002, Argentina como pa¨ªs estaba desapareciendo. Ahora est¨¢ en el mapa de nuevo. Se han logrado avances que hubieran sido impensables durante la fantochada de "M¨¦ndez". Criticar es una cosa pero negar los avances en favor del pueblo es ensuciar y baratea el discurso pol¨ªtico. Muy buen texto. ***** walker
22-02-2011 Es lo más franco que he leído, aún así, con letras se puede sentir. Me ha encantado como plasmas ese sentimiento de dolor y te entiendo. Soy de otro país sin embargo leyéndote pude vivir tu experiencia,eso es escribir con el corazón //no tengo ningún problema con el que piensa distinto, pero siempre que tenga argumentos para sostener su discurso. No quiero que me encasillen más en esa que nos encasillan a todos “Ah… ¿Sos Kirchnerista?, no se te puede decir nada en contra…” sé que a muchos de ustedes les pasó y les va a pasar eso. //******* Besos Victoria 6236013
02-11-2010 “Ah… ¿Sos Kirchnerista?, no se te puede decir nada en contra…” ergo, maten a la yegua ergozsoft
02-11-2010 Me conmovieron tus letras!! Un placer haber leido tu crónica, un verdadero orgullo es que formes parte de esa camada de pibes que creen que NK fu el gran Transformador y Que CFK será quien continue profundizando ese proyecto de país ,de nuestra querida PATRIA!!!! Un abrazo apretado y lleno de compromiso!****************** nanajua
 
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