Sobre la abstracción
De la creadora intuitiva abstracción contemplativa a la razonada creación protagonista a la creación propiamente dicha en el arte abstracto y concreto y viceversa.
Existe una fina capa de abstracción que cumple la función de provocar una aparente invisibilidad al entorno visible. De algún modo lo que se lee en el "durante" es captado de modo consciente e inconsciente y se complementa sanamente con nuestras ideas y flotan en una suerte de éter. La mente es receptora del contenido visible e invisible
(oculto) del texto que se lee. La imaginación a veces nace de un impulso no ligado a la lectura sino al mismo subconsciente, a un deseo irrefrenable de imaginar que nace como impulso natural y no como estímulo de la lectura o exterior, es más bien un impulso interior que a su vez se complementa con la lectura y el exterior ( entorno ) lo que te rodea. Al vacío que aparenta el mar, cuando está lleno de peces, se busca descubrirlos, y si no existieran los inventaríamos, porque el inconsciente busca llenar el espacio interior y no visible del mar con lo que la imaginación manda.
La idea no es descabellada, ni mucho menos. Respecto a la ligazón invisible, me atrevo a formular que existe algún tipo de conexión que escapa al entendimiento racional, es como si el inconsciente capturara palabras e imágenes de un cosmos irreal, pero que existe, así como la comunicación extrasensorial que se da entre distintos animales y personas. El inconsciente colectivo tiene su faceta metafísica, además de conectar espacios, tiempos y lugares, conecta con algo que nos es misterioso, propio a la vez que ajeno,
algo que se activa en el cerebro y a su vez está por allí, que es invisible y que es esencia de un texto, pero también es un fenómeno psíquico de difícil comprensión
y que no siempre nos es común, sino que raro a las facultades que manejamos con mayor asiduidad, la de los sentidos y no tanto la extrasensorial. Nadie puede negar que puede sentir emoción, alegría o tristeza al
leer un texto, pero a su vez la mente activa otro tipo de cosas que no llegamos a comprender y que no se relacionan exclusivamente a los sentimientos, sino que van más allá, y están en el orden de lo psíquico, cuando lo psíquico puede fusionarse con lo emocional, aunque no siempre, en contadas ocasiones, cuando la mente controla lo que percibe de la lectura y la emoción es menos evidente.
Entonces alguien puede decir que nace en el interior de la psiquis del hombre, no es tan así, porque el texto activa hasta intencionalmente esos mecanismos, sin embargo, no tenemos control de lo que ocurre alrededor del texto cuando leemos, y apenas si comprendemos lo que dice el escrito, aunque no sepamos de donde proviene exactamente esa señal, hay veces que el espacio-tiempo se estira como una banda elástica y se deforma, a su vez que la realidad y estamos leyendo, como si estuviéramos en una dimensión paralela a la nuestra, y eso ocurre porque la imaginación es un poderoso motor movilizador de
sensaciones y estados psíquicos diversos. Es el propio lector quien interpreta, en su libertad como lector, y aun siendo prisionero de lo que lee, pero de manera consciente o inconsciente el texto emana esas ondas que penetran la corteza cerebral del lector y lo incentivan a que sueñe, a que se emocione, a que se involucre.
Los mecanismos como el camino del señor son misteriosos. Ocurre entre lector y texto una curiosa relación con todo tipo de condimentos.
El lector se apropia en cierto sentido de lo que lee y sus ideas, y lo conquista, como sintiéndose receptor y activo al mismo tiempo, es una relación de amor y odio ciertas veces, pero el placer estético es como la belleza que también puede ser hermosamente
horrorosa y fea. Quiero decir que son convenciones de gustos estéticos los que más allá de la moda, o la simple forma y estética, el contenido tiene una profundidad más amplia y compleja que es una semilla
que luego se esparce como una enredadera invisible entre lectores y textos, textos y lectores. Pensamos que hay un lector, y pensar en una pluralidad de lectores, puede resultar exagerada, modestamente, es un concepto realista ligado con la ficción de la literatura.
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