TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / rocayosa / Puerto de estatuas.

[C:466265]

Puerto de estatuas.
Obra de teatro en formación.

En una escuela frente a un pizarrón.
Antonio: Conclusión, lo peor decadencia de una computadora es que el sistema operativo indique que no pueda abrir el archivo.
Alumno: Y a no olvidar profesor que nadie que esté en su sano juicio puede ser fiel amigo de un electrón. La electricidad no se inventa se fabrica haciendo frotar los cuerpos. Hay lugares donde los electrones no pueden existir, como por ejemplo la madera, pero igualmente un rayo caído del cielo bien puede atravesar una gruesa muralla.
Sabe profesor, aquí algunos me dicen pulga y otros tantos compañeros me llaman microbio siendo que soy de contextura mediana, me dicen así porque en realidad soy una persona que se conforma con poco, una especie de rata de laboratorio, aunque en mis ratos libres practico sky acuático en la inmediaciones de la isla que mi padre tiene en el delta; no obstante los nervios casi siempre me quedo esperando sin contestar y después de un rato prosigo con la tarea, indiferente a lo que piensen mi.
Antonio: Usted me despierta admiración al tener un mundo propio, donde pareciera nadie logra entrar. Siento sumo alivio al consumir el carisma que esparce su alma.
Alumno: A mi me encantaría semejante posibilidad de ser su amigo. Vengo contento a la escuela por usted, no es una declaración de amor, simplemente que estar con usted me alegra mucha la existencia, me hace sentir mejor, muy bien.
Antonio: Pues entonces, a partir de éste momento seré su amigo, elige lo que más necesites de mi, en el tiempo que corresponda; no tengo novia de hace veinte años, así que por el momento no habrá de que desconfiar.
Alumno: Por lo que veo es usted muy celoso. Juro que entre nosotros dos, no habrá ni locura que se entremezcle con la razón, ni problemas de alcoba.
Antonio: Si lo soy, pero más que nada por comodidad, para no tener que pensar seriamente en una cuestión sin demasiada importancia, pero que está establecida como prioridad, como para así sostener los valores establecidos en lo más alto de la escala. Las personas somos antes que nada entes indivisibles.
Alumno: Don Antonio vayamos ésta noche a una discoteca para festejar la nueva relación que nos une. Y juntos juremos nunca sentir vergüenza de estar pegados como siameses.
Antonio: No puedo, te explico, estoy por comprar un caballo y debo estar muy atento a lo que pasa.
Alumno: ¿Comprar un caballo, para su uso personal?
Disculpe el atrevimiento, pero ¿Vio que momento feo el que atraviesan los caballos con esta nueva peste que apareció el año pasado? Mueren como moscas en gran cantidad. La gente está muy preocupada por este tema, nunca el pueblo nuestro fue tan examinado por la ciencia, que empecinada busca una explicación, seguramente para encontrar una vacuna o algo así.
Entre otras cosas ya se habrá dado cuenta que me fanatizo con el tema.
Antonio: Si, un problema tremendo que amenaza con propagarse por el mundo entero, y dicen que fuimos nosotros los Argentinos los que propagamos esa enfermedad a los pobres caballos, la mutación de un virus mortal que tiene origen en el humano.
Pero contestando tu primera pregunta, te repito que efectivamente voy a comprar un potrillo sano en sociedad con un amigo, un muchacho que pronto te voy a presentar. Vamos a tener un caballo en común, pero más que nada porque el caballo éste es un ser muy especial.
Alumno: Pero ojo no vaya a ser que se contagie de manera fulminante justo ahora que usted es el dueño. ¿Cómo se llama el caballo? Que fantástico, créame que lo felicito profesor.
Antonio: Se llama Hércules, es un potrillo de tres años de color blanco como la nieve.
Sabes que pasa Nicolás querido, hay que seguir adelante pese a los avatares, por fortuna en general las pandemias son pasajeras, más enseguida se consigue alguna medicina que la sabe contrarrestar. Por tal motivo también por ello tenemos tanta prisa en sacar al animal de donde se encuentra, acompañado por tantos otros de su especie, pues tenemos miedo de que contraiga la enfermedad que conlleva esta penosa peste.
Alumno: Dicen que esta peste es una mutación del Sida convertido en otro virus ¿Será verdad?
Antonio: Lo más probable que sea cierto.
Alumno: Y aseguran que en algún momento se podrá saber la persona exacta que desató la epidemia.
Antonio: No se si tanto, pero no me extrañaría.
Alumno: Querido profesor, ahora que somos verdaderos amigos, no a modo de reproche, pero si para advertirlo por si no se dio cuenta, que siempre tiene un fuerte olor a caballo, como un algo que forma parte de su esencia ¿O exagero?
Antonio: Si es verdad, no te equivocas, estás en lo cierto muchacho, siento un poco de vergüenza al tener que reconocerlo, pero es el perfume que emerge de mi alma. No es por justificarme, pero es porque trabajo en la doma de potrillos y aunque me refriegue con puloil y cepillo siempre queda algo de baranda, perfume rural. Por más que me baño y me perfumo siempre aparece ese olor que proviene del sudor del animal.
Alumno: No es que quiera afirmar que este usted embarazada, ha no mal interpretar querido Antonio, pero ¿Para cuando piensan tener el caballo?
Antonio: Entre mañana y pasado se define todo, tengo mucha ansiedad, por ello di por terminada la clase cinco minutos antes, pues estoy que no quepo dentro mio.
Alumno: A lo mejor si andas con el caballo por el asfalto puedo seguirte con la tabla, o bien tú arrastrarme cual un carro sin problemas.
¿Me lo vas a prestar una vuelta?
Antonio: Si claro, como no, todo lo que quieras, me parece divertido lo que propones, de ir arrastrando la patineta como un carro.
Alumno: Sinceramente con un cuarto de horita será suficiente como para recordar por toda la eternidad.
Bueno pero debo retirarme, ya se fueron el resto de mis compañeros, agarro entonces mi Mercedez Benz y desaparezco.
Antonio: Ahora que ya somos amigos y ya entrando en confianza, desde hace tiempo te quiero preguntar algo que tengo guardado aquí en la garganta, decime inconsciente ¿No te da vergüenza venir en patineta a la escuela? Vas a cumplir veinte años.
Alumno: No para nada, es mi medio de locomoción. A parte que no hay edad para practicar esta hermosa disciplina, solamente el sagrado equilibrio es lo que cuenta.
Bueno, pero ahora hablando en serio, ya mismo me retiro.
Hoy por culpa del paro de transporte faltó la mitad de la clase, sinceramente esto a mi no me causa ninguna gracia, pues debe ser que en el fondo no me da lo mismo una cosa que otra.
Bueno pero juro por todos los santos que en adelante voy a estar muy preocupado por la suerte de los caballos en manos de la peste equina.
No obstante, atención profesor, que si quiere lo llevo en mi limusina.
Antonio: No muchas gracias muchacho de oro, pasa que tengo que esperar a mi amigo Duarte Molina. Pero igual llámame al celular y arreglamos como para salir a recrearnos, entre comillas claro.
Alumno: Bueno, entonces me despido, me lanzaré por la escalera, para luego ir derecho por la barranca, espero no rayar demasiado la cerámica.
Antonio: ¿Qué te parece si te acompaño unas cuadras, corriendo juntos a la par?
Alumno: Dale, vamos amigo. La amistad es producto de un noble sentimiento y por ende se expresa en acciones, me siento feliz de que a partir de hoy seamos mucho más que un alumno y su profesor; sin dudas hemos derrotado un poco a la soledad del ser, además le estamos dando una flor de lección a la sociedad, de sana convivencia, acerca del que dirán, y del compromiso con el otro ser que tenemos al lado. Solo queda esperar que no se pongan celosos los solitarios y nos maten por la envidia.
Ah ¿Sabe que? Una más antes de retirarme: Estaba pensando que podríamos presentar un proyecto para embalsamar a los caballos que van muriendo víctimas de la maldita peste. Mi padre tiene una isla en el delta donde podríamos armar el taller, y además yo conozco la técnica correspondiente para ese fin, llevo embalsamado algunos roedores, como una forma de investigación y entretenimiento.
Antonio: No es mala idea, pero solo después que compremos a Hércules, antes nada.
Alumno: Seguro que de tantos que mueren, en breve habrá allí funcionando, en la isla de mi padre, un puerto fluvial de estatuas.
(En otro lugar del escenario hay un hombre y una mujer que discuten de un tema trascendental. El lugar es una calle céntrica de la ciudad. Antonio y el alumno ahora están en la vereda y pasan por delante de la pareja, luego casi haciendo mutis por el foro, pues Antonio, queda en el fondo esperando un taxi, mientras que el alumno se retrasa un poco).
Cristal: Por favor tomemos un taxi ahora mismo, no perdamos más el tiempo.
Lucas: Solo un milagro puede ayudar a encontrar uno vacío, además ni loco voy a gastar por culpa de los sindicalistas, nos volvemos caminando.
Cristal: ¿Acaso pretendes patear quince kilómetros o que nos quedemos esperando un siglo a que alguien nos lleve en carretilla?
Lucas: Cristal, por favor entiéndeme, quiero estar solo, hoy es un días en el que prefería no haber nacido nunca, anda toma un taxi si puedes y ve sin mi.
Cristal: Vamos nos seas tonto, que casualmente ahí se acerca uno vacío, deja de hablar tonterías y decídete cuanto antes, ven conmigo, tenemos que dejar de pelear de una buena vez por todas.
Lucas: Si pero espera, mira hay otro hombre esperando, sin dudas estaba de antes.
Cristal: Déjame a mí, que enseguida lo convenzo de que estamos nosotros primero.
¡Taxi, aquí por favor, deténgase!
Antonio: Un momentito muchacha que estoy esperando de antes.
Cristal: Mire, cuando usted pasó con la patineta, nosotros ya estábamos esperando.
Antonio: No mienta por favor, no esperaban nada, estaban discutiendo como perro y gato. Y además miraban una vidriera dando la espalda a la calle, mientras tanto peleaban seguramente por tonterías ¿Eso es esperar un taxi? Después, recién después de un largo rato de tiempo, en que yo los estuve mirando de reojo, se les ocurrió de repente tomar uno. Digo, no abandonen la idea, pero este taxi es mío.
Cristal: No se confunda, discutíamos mientras esperábamos.
Antonio: Permiso, sin dudas éste taxi me corresponde.
Pero miren mejor hagamos otra cosa, decididamente me arrepiento de no aportar ninguna solución para ustedes, sumado a que hoy habrá pocos autos de alquiler circulando, es de destacar que esto de encontrar uno ha sido un verdadero milagro, les explico, yo en realidad tengo que ir a buscar una documentación importante, unos análisis clínicos de un amigo que enseguida ha de regresar ¿Se entiende? Pues he combinado en encontrarme con él aquí, en éste mismo lugar. No creo que vaya a tardar mucho más que diez minutos, entonces si no viene otro antes, aquí tendrán de nuevo su auto ¿Qué les parece?
Lucas: Nos parece pésimo. Horrible. Como bien dijo ella, nosotros ya estábamos aquí cuando usted pasó corriendo y se paró ahí. Fíjese que el auto ha quedado más cerca de donde estamos nosotros.
Mire usted, buen señor, estamos atravesando una crisis matrimonial, ya no queremos estar juntos esperando nada, lo nuestro es un asunto terminado.
Cristal: Tú abuela, yo no tengo ningún problema sentimental, matrimonial, o como lo quieras llamar, tú eres el que continuamente manifiesta que se quiere separar. Además ¿Qué es eso de andar diciendo a cualquier extraño que pasa lo que ocurre en nuestra vida privada? Te lo repito: Eres un mal educado.
Por favor tómate el trabajo de revisar tú historia clínica y verás como de seguro alguna vez te has golpeado la cabeza quedando medio estúpido.
Antonio: Para que sepan, yo no soy ningún cualquier que pasa por ahí, soy profesor en la universidad, esa que está en la esquina, y además domador de caballos, actividad, que a pesar del mal aliento me siento muy orgulloso de llevar adelante, y éste taxi debe ser el numero mil setecientos que debo haber tomado en esta esquina, si es que por favor no me lo siguen impidiendo ¿Se están por separar? Caramba, no lo sabía, pero sepan disculpar el apuro, pues alguien que estimo mucho necesita saber como le han dado los resultados del laboratorio y soy el único que tiene esos resultados en casa, pues entonces los dejo en manos de mi alumno y se vuelven en patineta de uno por vez mientras la tabla va andando, me despido hasta siempre.
Cristal: Dele amigo, sea buenito permitiendo que subamos nosotros, tenga en cuenta que en principio no queda tan claro que usted tenga la prioridad, si quiere lo alcanzamos unas cuadras.
Antonio: Bueno, está bien, se los sedo, pero todo porque por favor no me sigan peleando. Además se hiso demasiado tarde, va ser mejor que suspenda el viaje pues mi amigo debe estar por llegar.
El Alumno y el profesor quedan esperando en una esquina que Duarte se haga presente.
Duarte: Hola aquí vine, aunque pareciera que para despedirme ¿Pudiste retirar los análisis? Hace algunos días que me siento debilitado, no se que será, pero estoy muy preocupado.
Antonio: Que tal, que alegría encontrarte. Si los retiré pero quedaron en casa, perdóname, no hice a tiempo como para ir a buscarlos.
Ah, me olvidaba, aquí te presento a un amigo, aparte es un alumno de computación.
Duarte: Mucho gusto. Miren como me tiembla el pulso, soy un desastre, estoy para el retiro. Pero no digo nada porque temo que me despidan.
Alumno: Si, yo también me siento algo débil, debe ser por el clima tan pesado.
Don Duarte Molina mucho gusto en conocerlo. Antonio me ha contado que están por adquirir un caballo llamado Hércules.
¿Cuan estéticos son los equinos, verdad? Que cosa más linda es esa figura, la estampa digo.
Duarte: Si pero estamos en problemas, hay otros interesados que endulzan la cuenta. En un principio pedían una cantidad pero la cifra se ha ido por el lado del cielo. Ya no se más de donde sacar plata.
Alumnos: Los otros días Antonio me prestó cien pesos, con el permiso de Antonio, si quiere se los devuelvo a usted.
Duarte: Está bien gracias, no se haga problemas, ya he podido reunir una buena cantidad como para capear el temporal, por ese lado no creo que vaya haber obstáculos, pero a lo mejor le bajan el martillo a otra oferta mejor posicionada.
Lo más conveniente será estarle arriba al asunto y no quitarle pisada, a nivel de que si hay que poner más dinero se consigue de donde sea.
Antonio: Así se habla, valiente, que no ni que no, si después de todo la vida no nos escatima nada, porque habríamos de hacerle faltar nosotros, si de última la felicidad se encuentra donde menos la esperamos. Si después de todo en algún momento tenemos que devolver lo que estamos consumiendo, no veo porqué considerar un basural a un lugar digno de habitar.
(La escenografía es una vereda con negocios, un bar con mesas afuera, un semáforo, una porción de lo que vendría a ser la calle por donde pasan los autos).
Cristal y Lucas, integrantes del matrimonio desavenido, vuelven a aparecer caminando.
Antonio: (Al alumno) Yo le daba de comer al miembro como para que me crezca.
Alumno: Profesor no diga esas cosas, haber si se nos destornilla el ombligo.
Antonio: Te lo juro, manteca, y ahora tengo una linda trompa de elefante, y aparte un par de huevos de avestruz que no te cuento, sabes, pues ellos también crecen.
Alumno: No sea testarudo, a lo mejor es algo natural, digo, por su genética personal, lo que le hiso crecer tanto ¿O no será que tiene unos quistes de grasa haciendo bulto?
Antonio: Los años van pasando pero me he convertido en un profesor de la vida, no solo conozco de computación jovencito, si digo algo es porque la tengo bien clara.
Pero te aviso, no siempre es bueno tenerla tan grande.
Alumno: Por eso yo siempre aconsejo, a no acomplejarse porque hay mujeres de todos los tamaños, altas, petisas, de me mediana contextura; cultura digna de predicar la mía ¿No les parece?
Antonio: Pero escucha Duarte, entra en razones, por qué mejor no terminamos de dudar con que lo van a vender al caballo; por el amor de dios te lo pido, utiliza las influencias y no permitas que nadie nos quite a Hércules. Di ¿Si no estás borracho de alcohol, para que jugas con la salud del corazón propinando sustos?
Duarte: Estoy muriendo lo sé, por eso veo todo negro, aparte de nublado.
Antonio: Termina de bambolearte que te puede pisar un colectivo ¿Tan mal te sientes?
Con tu arrepentimiento, signo de debilidad, me haces recordar a éste gobierno de justicia social, donde la inflación es una gangrena incurable, imposible de dominar, haciendo que la calidad de vida caiga a niveles alarmantes ¿Como hacer para entender lo inentendible, para no opinar estupideces si la barca se hunde?
Duarte: Espérame un momento, no sigas con la lección, a mi también los nervios me carcomen los huesos sin tregua.
Antonio: Esta ocasión es la nuestra, mi parte en la película donde soy feliz por vez primera, no acepto que la vida me contradiga en los hechos.
Duarte: Mejor voy a llamar por teléfono para avisar que ya reunimos toda la cantidad, el dinero en efectivo, quiero por todos los medios que Hércules esté mañana mismo en casa pastoreando en el jardín.
Antonio: (Avisando) AY! Pero no te estoy diciendo ¡Ten cuidado Duarte! Se ha desenganchado la cabina telefónica vas a golpear tu cabeza, presta suma atención. Y páfate, te has golpeado nomás.
Duarte:(Algo dolorido) Bueno, pero lo bueno es que llegamos al destino. Se desprendió el acrílico, se salió de escuadra. La pucha como duele ésta comezón.
Espérame que ya mismo aviso por fin realizando el famoso llamado dando señales de vida, no vaya a ser cosa que lo vendan a Hércules.
Antonio: Cruz diablo, que se te haga la boca a un lado, camarada. Este caballo es único en su especie como para andar perdiendo ésta enorme oportunidad de poseerlo ¿Te das cuenta? Mis brazos se cierran como tenazas, insuflando esperanza que avivan la llama.
Duarte: Lo se perfectamente, para mi Hércules significa lo mismo que para vos.
Alumno: Disculpen por ser tan lechuza, más en este momento tan especial para ustedes, pero me veo en la sana obligación, de avisarles que vislumbro en el futuro por venir problemas serios, sobre todo si es que siguen desunidos, entre tinieblas de la mente que predice puedo ver saliendo un enorme tiburón del punto en el círculo central, comiéndose a los propios jugadores que vendrían a ser ustedes.
No obstante quiero que les quede bien claro que de verdad les deseo de todo corazón que todo salga bien y les sea de provecho.
Lo único, que les solicito me concedan permiso de ir de regreso, pues es hora de estar con los míos.
Duarte: Si pero no jodamos pues hay otros interesados, no somos las únicas almitas buscando gloria, tan equivocado no está el muchacho. Después escuché un comentario letal de que mañana quieren hacer una subasta con más interesados.
Alumno: Que cosa rara la gente, con esta cuestión de la peste equina los caballos en general atraviesan por una profunda crisis, en el sentido de existir o dejar de existir bajo las tensas de la enfermedad y la gente queriendo comprar y comprar caballos.
Antonio: Si, pero entre miles, igual de destacado que Hércules no hay ningún otro.
Duarte: Con decir que la subasta de mañana es exclusiva,estará dedicada solo a este caballo.
Ahora yo pregunto ¿Y después que lo compremos, donde lo vamos a alojar?
Duarte: Me le llevo a casa y que conviva con nosotros.
Antonio: Es un caballo, tu madre te va a sacar a patadas o a escobazos.
Alumno: Seamos libres, pero por nuestro beneficio nunca hagamos bromas sobre la libertad, pues la libertad es lo mejor para todos y si la andamos vapuleando se nos puede escapar de entre los brazos.
Duarte: Que digan lo que quieran, jodido de verdad es ser portador de un mal incurable, y eso es lo que me parece que tengo encima, así que mira que voy a estar preocupándome por banalidades.
Antonio: Ah Duarte te pido disculpas los análisis quedaron en casa a la espera de que los pases a buscar, por supuesto que cuando quieras, pues están bajo llave.
Pero miren ustedes. Oye viejo Duarte Molina, observa que mujer más hermosa, mira que piernas perfectas, y que rostro tan particular.
Alumno: Es la chiflada con la que recién discutías por la posesión del auto de alquiler. Yo mejor me retiro y cumplo con mi deber de ser siempre un evasor.
Antonio: Si, está mujer está fuertísima, no sabes lo que me gusta. (Al ver pasar a Cristal Martínez, olfateando el aire pronuncia una especie de piropo).
Flor que pone brillo a la mañana y encanto al corazón del encarcelado en primavera.
Belleza celestial, que tiendes, cual princesa de otro mundo, una alfombra de flores sobre la atmósfera celeste y perfumada de lavanda, haciéndonos latir el corazón a destiempo, como el reloj de la catedral sin la corona principal; eterna musa del artista que compone muy inspirado, me pongo a sus pies señora.
Cambiando de tema preciosa ¿Se puede saber a donde se ha metido tú marido, eterno rival que corre con ventaja?
¿Amor mío, princesa encantadora, excelente mujer perfumada, no se habían tomado el taxi que me pertenecía?
Antes de separarnos te digo, que tal vez si pudiéramos intercambiar los teléfonos, concretar una primera sita, lo más urgente posible, en una confitería, o aquí mismo por que no, en el centro de la capital, sin para nada hacernos vanas complicaciones, febriles disquisiciones producto de anteponer los valores morales, para conocernos mejor y tocar las entrañas del ser, para que va a ser sino, para así sucumbir en un limbo, por ejemplo encontrando un lugar confiable donde depositar la fe que nos impulsa a creer en este amor que recién comienza, a conciencia de que el amor no tiene fronteras...
(Pero en ese preciso eso momento, en que le estaba por chantar un beso, aparece Lucas Giotto, su marido, increpando a Antonio, quien descubierto se retrae).
Lucas: Eh, un momentito, no se alce de tanta confianza.
Antonio: ¿Que pasó con el taxi?
Cristal: A las dos cuadras se descompuso. La hubiéramos dejado ahí.
(Cristal está vestida toda de ropa hípica, con una fusta en la mano).
No te hagas problema querido, fue solo un piropo. Él no vio que venías detrás. Ha sido muy simpático, poniendo en relieve solo mi aspecto físico.
Lucas: Como sea, acércate, ponte a mis espaldas. No olvides que aun estamos casados.
(Pero Duarte que está observando desde la cabina telefónica, interrumpe la conversación e increpa a Lucas diciendo que lo conoce de cuando eran niños).
Duarte: Discúlpame una cosita, pero ¿Acaso tú no eres el petiso Lucas Giotto, que vivía en el quinto C, de la calle Laprida, a la vuelta de mi casa?
Lucas: Pero si, que despistado ¿Como no me había dado cuenta? ¡Que haces hermano! Venga un abrazo de aquellos.
Seguís siendo hincha de San Lorenzo. Vamos el ciclón, vamos el ciclón. Vamos el ciclón, vamos el ciclón ¿Te acuerdas?
Duarte: Si claro. Un poco enfermo pero sigo siendo el mismo de siempre, aunque por desgracia en este presente un tipo con más problemas que en aquella época cuando éramos niños.
Lucas: No mientas, me he enterado que estás en ascenso, que trabajas en un lugar donde hay puesta mucha inversión ¿Cuanto te pagan de sueldo?
Duarte: Que importa eso, lo importante es que estás con nosotros.
Lucas: ¿El señor quien es?
Duarte: Un amigazo de toda la vida.
Antonio: Quiero dar una explicación sensata. No se enfaden, bien saben como somos los hombres cuando vemos una mujer ideal.
Pasa que ella así vestida de jinete y aparte nosotros que estamos por comprar un caballo; aclaro que a medias pues sinceramente Duarte es el capitalista absoluto, fue que me puse a decir ocurrencias; porque ¿Saben? Nunca en mi vida pronuncie un piropo, es mi debut como mariachi, pero esta vez me salió del alma porque estoy viviendo un presente feliz, me siento exultante.
Y ahora encima tú marido vestido como para correr el propio Pellegrini; sumado a que ellos se conocen de antes.
(Dirigiendo su discurso hacia los demás) Quiero decir que, en realidad quise llamar la atención pues siento que existen muchas coincidencias, no me digan que no, no me miren así.
Lucas: No te hagas más problemas, ya fue. Aparte nosotros, pronto, no sabemos cuando, nos estamos por separar definitivamente, ella tranquilamente puede buscar otro amor. Los invito a tomar una copa en aquellas mesitas y les sigo contando, yo pago la vuelta ¿Que opinan?
Cristal: No le hagan caso, no le presten atención, sigan mis concejos, vive diciendo lo mismo desde que nos casamos, repite como un loro que nos estamos por divorciar, separar, dar licencias a los sentidos como para tener otras experiencias.
Lucas: ¿Che, así que están por comprar un caballo, a mí y a mi señora nos interesa? ¿Que es de pura sangre; es de carrera? Que ansiedad tengo. Es un animal veloz.
Duarte: Más o menos, una vez hiso mil metros en cincuenta y dos segundo.
Lucas: Uy que bueno, un tiempo record con diferencia a favor.
Cristal: ¿Servirá para hacer saltos?
Duarte: Dicen que saltó una pared de ladrillos de un metro y medio.
Cristal: ¡Bravo! Eso es muchísimo.
Antonio: Duarte se dedica a la cría de caballos. Recién se inicia pero no tengo dudas que seguro que va a llegar muy lejos, el stud, el Haras donde se desempeña crece cada día, es un verdadero monstruo. Con decir, que tienen en venta como dos mil ejemplares, no dan abasto, y por cada uno que Duarte vende le dan como unos veinte de comisión.
No es por presumir pero yo cada tanto le domo alguno que sea muy difícil de aplacar.
Lucas: Que desean tomar muchachos. Pidan lo que quieran, no se sientan incómodos.
Duarte: No se a quién si nadie nos viene a atender.
Cristal: Quisiera saber porque desean tanto a ese caballo.
Antonio. Es muy especial, te enamoras enseguida, es la primera vez que conozco alguien que tenga tanto carisma. Pero ocurre que hay otros interesados; cabe la posibilidad de que nos quedemos con las manos vacías.
En un principio la suma era una, pero se ha duplicado, es probable que mañana se haga una subasta.
Cristal: Que lindo sería que nos asociemos y que podamos hacer frente a cualquier contrincante.
Antonio: Un caballo entre los cuatro, no es ninguna mala idea, pero es necesario que sepan que el que les habla no pone un centavo, que Duarte me incluye porque es generoso y yo su mejor amigo.
Cristal: Si es por ello no te hagas ningún problema, ya veremos la manera que lo pagues con trabajo; la cría de un caballo requiere mucha atención.
Antonio: Me ofrezco como para ir a dormir donde lo haga el animal. Tengo problemas donde vivo y me quisiera mandar a mudar.
Lucas: Nosotros tenemos un comercio donde vendemos forraje, podríamos alojarte allí junto con Hércules claro ¿Qué les parece la idea?
Antonio: Brillante.
Ay dios, sin dudas estoy frente a un nuevo rumbo, que quizá me haga sentir por fin realizado.
¿Saben? Si fuese el rey del universo y tuviese que comer yo solo sería el tipo más infeliz del mundo.
En la vida no todo es pedir perdón hay que saber portarse bien, cumplida la promesa, eso es lo que voy hacer en adelante.
Lucas: Dale Duarte Molina, no te vayas a negar, por favor te lo pedimos a dúo.
Sumado a que entre otras cuestiones es una linda oportunidad para que podamos retomar aquella antigua relación de la infancia, de estar nuevamente juntos gozando de una amistad consolidada y seguir para adelante con aquella linda relación que nos unió en el pasado.
Además te prometo que si Hércules es veloz como insinúa, lo hacemos debutar en el hipódromo de San Isidro bajo mi férrea conducción.
Duarte: ¿Sabes? Me olvidaba de comentarte. Alguien me dijo, con total seguridad, que tuviste un accidente fatal y que habías fallecido. Hace mucho tiempo que te daba por muerto, que buscaba haber si encontraba tu espectro, pero no me animé a preguntar por temor a que fuera cierto, siento una enorme alegría de que todo haya sido una vulgar mentira.
Cristal: Lucas montando es un genio total, es improbable que le pueda suceder algo malo; por lo único que debemos preocuparnos es por el exceso de peso; y es justamente por este motivo que me siento culpable, temo arruinarle la carrera pues nunca antepone una negativa a mis exquisitos manjares.
Lucas: De verdad, para mi montar un pura sangre es como tocar el cielo con las manos, imaginen, ganar una carrera, lo más grande que me pueda pasar, y si esto sucede con mi propio caballo, multiplíquenlo por mil.
Duarte: Si pero no vayan a creer así nomás que Hércules reúna las condiciones ideales, tengo sabido que es un tordillo cualunque, mezcla de pura sangre criollo y algo de Norteamericano, más ancestros árabes.
Pero a mi me encanta que le pido que me de la pata y cual perro faldero me la ofrece. Es como para el asombro.
Cristal: ¿Será capaz de hacer saltos Hípicos?
Antonio: Mientras no sea en una pileta de natación pienso que no ha de tener ningún problema.
Lucas: ¿Que te pasa Antonio? Te observo como petrificado, con semblante de color mesada de cocina.
Antonio: No nada, solamente que estoy tomando una medicación que me deja medio estúpido.
¿Saben? Tengo un estado de ánimo muy especial, por la posibilidad de tener un caballo mío, donde mi alma entera emana ilusiones que son verdaderos fuegos artificiales. Pero no obstante, ante tanta competencia, rota la fe al ver el éxito amenazado.
Es horrible tener que soportar las consecuencias de la adversidad, de tener que ser desplazado simplemente porque hay alguien mejor; encima después, ser juzgado por la propia conciencia ahora insatisfecha.
Cristal: Ay dios mío, miren, una paloma me hiso caca en la ropa.
Duarte: Eso quiere decir que estarás embarazada.
(Cuando Antonio escucha esto, sin que nadie lo vea, le propina un codazo en las costillas a su compañero).
Lucas: Quiero contar algo propio de aquella época en que nos conocimos cuando éramos amigos y recorrimos un largo camino juntos. ¿Me dejan? Es una simple confesión dedicada para los que no saben, de algo que hacíamos: Siendo pequeños, en ocasiones nos bebíamos varios litros de cerveza, del pico de la botella no más (Bha, en realidad yo siempre fui bastante petiso, que por tal deformación pensaba que era más pequeño todavía) pero como sea más luego hacíamos unas meadas a dúo, bravas pilladas, y mirándonos decíamos: Nosotros venimos de los caballos, hemos resucitado en los humanos, pero somos caballos de pura sepa. Y después cantábamos como tenores recreando con la voz impostada, seguros, flores de relincho a todo volumen, además, letras de canciones improvisadas en el momento como haciendo eructos, cosa material que tiene su valor también.
Antonio: Hércules me sabe hablar cuando lo veo.
Lucas: ¿Se han dado cuenta, hace diez minutos que llegamos y nadie se ha dignado atender?
Cristal: Para mí que está cerrado y sin querer han dejado las mesas afuera. Desde hoy que estoy mirando y por ningún lado hay alguien que atienda.
Lucas: Voy a preguntar a dentro, de aquí observo que la puerta principal está entre abierta, en el fondo hay una luz encendida. Aguarden un momento; les aviso que si veo que nos atienden rápido, pido una cerveza con cuatro vasos y una picadita de copetín.
Cristal: Quisiera que me cuenten algo más sobre Hércules.
Duarte: Yo trabajo para un Haras muy importante, tenemos un millar de caballos en el campo. Y Hércules es un líder natural entre los demás animales, los que estamos conviviendo con él lo sabemos perfectamente, un caballo con una personalidad como la del humano. Sabe distinguir a cada uno que se le acerca, solo le faltaría hablar castellano. Bueno pero resulta que lo quieren vender, porque la mujer del dueño, que es mi patrón, está celosa del animal.
Antonio: Yo lo vi solamente un par de veces en mi vida, y ya la segunda vez que fui a visitarlo, me hiso un relincho muy especial, muy dedicado, que se escuchó como con ondas sonoras que reproducían mi nombre: Antonio, como si supiera de antemano que algún día seremos inseparables.
De paso me presento: Antonio Toledo para servirte, aquí tienes mi tarjeta, soy profesor de computación, pero aparte arreglo computadoras en mi casa.
Duarte: Antonio está loco por vos.
Cristal: Todo es relativo, ha no olvidar nunca ésta gran verdad. Lucas se la pasa diciendo que se quiere separar de mí. De luna de miel fuimos a dar una vuelta en un crucero, donde pasamos la noche allí, en un momento se subió a la baranda del barco, así, igual que yo ahora en el respaldo de esta silla, y por primare vez dijo que se quería separar. A todo esto pensaba que iría a caer siendo triturado por la hélice. Pero sentía que era todo un delirio, no podía estar hablando en serio puesto que recién nos habíamos casado. Bueno desde esa vez hasta hoy día, y miren que ya han pasado dos años, no hubo día en que por lo menos una vez no pronunciara la misma sentencia. Llego a pensar que algo le oprime el cerebro.
(Cuando de pronto regresa Lucas apareciendo acompañado de una montura de cabalgar).
Lucas: Resulta que no vienen a atendernos porque me dijeron que el negocio está cerrado por duelo; pero fíjense lo que me pasó, allí dentro hay un hombre oficiando de sereno, quien me vendió por cien pesos ésta preciosa montura, que hasta recién la tenían de adorno, metida en una vitrina; diría que a fallecido el dueño.
Aparece un auto por la calle, con un tráiler detrás, como para llevar animales, con un cartel que dice, se vende.
Antonio: Gente linda, miren por favor esto, urgente. Es un tráiler, justo lo que necesitamos y encima lleva un cartel con una leyenda que dice: Se vende. ¡Señor, aquí por favor, deténgase por favor! Nosotros se lo compramos.
Cristal: Y al contado.
Antonio: Este tráiler me hace matar de risa ¿Se fijaron, es de color naranja o estoy daltónico? Me hace descostillar, deben llevar de gira al león del Sarrasani, parece de un color de yema de huevo podrido. A los panchos, panchos, sabrosos los panchos con rica mostaza, nos van a decir por la calle. A los lindos Hot dog nos van gritar desde las terrazas.
Cristal: No seas acomplejado. Un tráiler para un caballo es como la casa para el caracol, sea del color que sea; tengo la idea de que siempre lo llevaremos a pasear. Mi sueño es que pueda viajar en avión y dar la vuelta al mundo.
Duarte: (Luego de hablar con él de la camioneta) Muchachos, a mil pesos lo negocia, es un regalo, ponemos trescientos treinta y tres cada uno, una oferta que no podemos dejar pasar.
Lucas: Tengo el dinero encima, aquí van mis dineros para la pichincha.
Duarte: Y aquí la otra parte amigos, y en nada titubear entonces.

Antonio: (Al otro día, en la subasta) Como te dijera ayer cuando lo adquirimos, este carro es propiamente la jaula del loro, después Hércules va tener que piar para hacerse entender como sabe con maestría.
Pensar que pronto dormiremos juntos apoyando la cabeza en la misma almohada.
Duarte: Muchachos escuchen que lindo silencio; a la suma de treinta y seis mil pesos, que recién ofertamos, nadie responde. Uy que emoción, se me hace agua a la boca, de pensar los asados que voy a comer en su nombre, de tanta gente linda que vamos a conocer gracias a él.
Lucas: Por la pinta que tiene el caballo, ya les voy avisando, que estoy seguro que ha de correr muy ligero.
Cristal: ¿Saben lo que pasó cuando venían para el recinto? Había un equipo de música allí tirado en el suelo y levantando las patas delanteras, como para no pisarlo, pasó caminando como un buen señor, como si tal cosa.
Duarte: Que lindo silencio que nunca termina. Ahora escuchen al martillero público decir las venditas palabras de vendido al señor.
Lucas: Con Cristal coincidimos en que a pesar de que nos quedamos sin un centavo, con lo puesto, igualmente estamos contentísimos, por suerte a nuestro negocio de venta de forraje lo tenemos bien surtido, como para que nos de un margen serio de juntar más dinero como para continuar.
Antonio: Juro que cuando regresemos busco todas mis pertenencias y me mando a mudar, me marcho para siempre, a vivir en la forrajería ¿Que opinan?
Cristal: Fantástico, alguien tiene que cuidar a Hércules.
Antonio: Inclusive, si rompo el chanchito a lo mejor pueda reunir mil pesos.
Pero después no se quejen si llueven gallinas del cielo por un año seguido.
Cristal: Podríamos resolver el hambre del mundo por algún buen tiempo.
Duarte: Chicos por favor esperen tranquilos, que enseguida volvemos con nuestro caballo y lo hacemos subir al tráiler, acompáñame Lucas, que necesito tu ayuda para agilizar los trámites; ah, pero eso si, cuando saldemos la deuda pendiente, al instante nos mandarnos a mudar.
Cristal: Prepárense para ir a Mar del Plata, porque de acá nos vamos para el mar.
(A Antonio) Quiero hacerte una pregunta, a ver que opinas, contéstame con la verdad haber si resulta absurdo después de tanto celo, después de tanto cuidado ¿Será peligroso, se podrá mancar galopando por la playa, y después a querer morirse de la angustia?
Antonio: Cristal, si algún día te faltara tú marido quiero que sepas que puedes contar conmigo, porque siempre te estaré esperando.
(Hay otra imagen, con relato de Antonio donde se ve a Hércules en una playa galopando con Cristal, donde alcanza saltar un castillo de arena).
Antonio: Cristal va galopando por la playa, cuando a tiempo, Hércules logra saltar un castillo de arena, castillo muy hermoso que un padre le hubo hecho a su querido hijo.
Sabes mi estimado Hércules, que de mente a mente nos estamos hablando, antes de partir a cabalgar por la playa, Cristal, la que ahora monta, me hubo manifestado su honda preocupación por la salud de mi amigo Duarte, tu dueño ¿Sabes? Está sumamente intrigada en saber que resultado han arrojado dichos análisis clínicos, análisis que de favor supe retirar del hospital. En resumidas cuentas Duarte dice que anda bien, que solo tiene el colesterol y un poco elevado el nivel de azúcar en sangre, pero Cristal está preocupada porque manifiesta verlo muy desmejorado.
De todos modos estimado Hércules puedes quedarte tranquilo pues nada hace cambiar el amor que sentimos por ti.
Cristal: Que grande eres campeón, saltas como ninguno, un avión surcando el espacio, eres un ave con gigantes alas.
Hubiera sido una tragedia tener que ver el castillo destruido.
De seguro que el niño aliviado, luego de lo ocurrido, ha de valorizar mejor la obra.
Hay otra imagen de Hércules tomando agua en los bosques de Palermo, y a Lucas y Duarte, bebiendo del pico de una cerveza, apoyados en el tráiler amarillo huevo.
Lucas y Duarte cantan aquella vieja canción: Venimos de los equinos, somos caballos con cuerpo de humano, pero caballos al fin.
Duarte: ¿Te puedo confiar algo pero que ni tu mujer lo sepa?
Lucas: Si claro, nuca revelo mis secretos a extraños.
Duarte: No me queda mucho tiempo de vida, el análisis me dio positivo, así mismo, no me quiero olvidar de decir que siento felicidad de que estemos juntos metidos en esta aventura.
Lucas: No pierdas las esperanzas, hoy día hay tratamientos que te van ayudar.
Duarte: Estoy débil, veo nublado, me salen manchas por todos lados.
Y otras imágenes más de Antonio haciendo arrastrar un carro enorme al pobre Hércules, quien pronto ha de debutar en el hipódromo de San Isidro; además de ir caminando con el Alumno por el desfile, que de a ratos va levantando la bosta.
Antonio: Éste fue un carro lechero, usado para repartir leche a domicilio, típico de los años veinte, pero lo han reformado todo, pintado con muchos filetes, como para pasear gente por la ciudad.
Alumno: Hércules, por favor, camina despacio, que voy levantando toda tu bosta.
Últimamente estoy disecando roedores, es decir que luego de muertos les pongo formol para que sus cuerpos no se descompongan. Quiero concretar el sueño de cumplir lo que te comentaba, embalsamar los caballos víctimas de la peste equina.
Por último la gran imagen de coronación de Hércules al ganar su primera carrera, entre potrillos debutantes del grupo Uno. Tiene puesta la corona de laureles, le sacan la foto, con Lucas con la montura que hubo comprado aquella tarde en la balanza del pesaje.
Cristal: No lo podemos creer, hemos acertado un montón de dinero.
Lucas: El pesaje dio perfecto.
El gran secreto del triunfo estuvo en esos dos kilos de más que bajé por la dieta, y por la muerte inesperada del favorito de la carrera, que sino no se si ganábamos tan cómodos.
Venga esa foto. Ahora si que es oficial que Hércules es el único ganador.
Duarte: Esperen que le coloco la corona de laureles. Sonrían por favor.
Lucas: Recién ahora es un caballo de carrera con todas las letras, nadie lo podrá discutir, nadie habrá de negar o también soslayar esta nueva condición.
Cristal: Hércules es tan genial que se paga la pensión con los frutos del trabajo honesto.
Lucas: Hércules no quería que la carrera finalice, continuaba corriendo después de cruzar el disco. Se lo veía contrariado al no ver en pista al potrillo que murió esta mañana.
Tiempo después de aquella carrera consagratoria, la peste se propago aun más.
Luego en el otro lado, propiamente en una sesión de entrenamiento en el propio hipódromo, en una nueva corrida donde se echan tiempos y se mide con el cronómetro, es cuando Antonio mira y cuenta desde la empalizada lo que va pasando, y es que Lucas cae del caballo, rueda de él al desatarse un lazo de la montura.
Antonio: Que grande, Lucas viene a toda velocidad arrojando tiempos increíbles. Lucas está ensayando una postura diferente que según asegura es muy eficiente, por no decir imposible. Pronostica que será muy difícil ganarle al potrillo, que juguemos todo el dinero a las patas de Hércules, pues realmente sus patas no tocan el pasto verde, parece que acarician el suelo, es una verdadera delicia mirarlo galopar en la pista.
Cristal: Ay por dios no quiero saber de esto, Lucas acaba de rodar en la pista.
Antonio: Pero por todos lo santos, que veo, Lucas acaba de caer del caballo. Lamento tener que informarte, he podido ver con total claridad, apreciar el golpe de látigo que se ha dado contra la empalizada. Lamento tener que admitir, que lo que le aconteció recién con tu marido, sin dudas se trata de un fatal accidente, de un accidente fatal.
Cristal: Te creo. (Ella besa en los labios a Antonio, quien se queda petrificado) Beso tus labios Antonio, hago esto para llamar a la buena suerte, o quizá al milagro, y que, ya sea por lo que puedan decir de malo, no muera, que después todo pase por el tema de los celos, pero que Lucas se salve.
Pero en cambio producto del accidente Lucas muere.
Más Antonio queda sospechado de haber causado el accidente por motivos pasionales.
Antonio: He quedado sospechado de haber causado el accidente por motivos pasionales. Ahora estoy como paria huyendo de la patrulla, el colmo de lo que me faltaba, corren detrás de mí creyendo que soy el gordo de navidad, silbando la trémula melodía del himno de detenerse, por supuestos asistidos con perros de caza y la cárcel de fondo, pues encima han aumentado el presupuesto del poder judicial y entonces les sobra como para derrochar. Igual que un banners mis piernas se hacen ligeras sobre una cinta de alfombra de púas. Con unas alas sobre las espaldas intento volar cual pavo real con plumas de colores. Estoy marchitado en la planta madre donde hay miles de capullos por abrir. Mi mente para nada concuerda con ésta maldita realidad, no encontrando un indulto, aunque sea donde poder consolarme, voy endeble por la senda del ahorcado, existiendo una negativa tremebunda, alud que arrastra mi destino hacia un abismo sin fondo. Al final siempre anduve entre riñas, carezco de ayuda oficial por ser un rebelde, por hablar mal de los gobernantes, el tiempo derrochando saliva. Ahorcado ando por mi propia mano cansada de aguantar los pecados. Cual fantasma de carne magra y huesos irrompibles permanezco escondido en un hoyo ¿Usted señora ama de casa, no me pondría en la torta de cumpleaños?
Pálido de temor de ser juzgado por el propio demonio legalizado, sosegado me encuentro padeciendo penas, acompañado de un ángel que se espanta de ver mi semblante, o sea que no estoy cerrado, a la posibilidad escapar corriendo sin dar la vuelta la espalda por miedo.
Luego hay una escena de tipo velatorio, frente a la caja con las cenizas, en la que se ve al espectro de Lucas, solicitando a Cristal que vuelva con él, diciendo que él no la quiere dejar, pero Cristal le contesta: Pero si eres un espectro, apareces y por momentos desapareces; por momento nadie ve con plena claridad, pero si te podemos escuchar nitidez.
Cristal: Lucas, que no me deja mentir, siempre me decía, a modo de solicitud, que si algún día llegase a morir, quisiera que por favor no lo velen, que así nomás, sin velatorio, lo lleven al crematorio lo más rápido posible, y que luego sus cenizas sean esparcidas en la pista principal.
Lucas: Si es verdad todo es verdad, yo quería convertirme en un espectro y aquí me tienen.
Antonio: Mira Cristal hay un problema muy grave y es que a Hércules lo van a sacrificar. Puedes estar segura que no me quedaré de brazos cruzados esperando que sople viento a favor.
Duarte: Lo que dice Antonio es cierto, la ley dice bien claro que si muere el piloto el animal debe ser sacrificado también.
Cristal: Que situación más acuciante, que momento de desesperación.
Antonio: (Ante la aparición del espectro de Lucas en la escena) Pero que sorpresa ¿Ustedes ven lo que yo veo?
Cristal: Si claro es increíble ¿Lucas eres tú otra vez?
Duarte: Ahora si lo veo, es el espectro de Lucas, algunos luego de un tiempo suele aparecer por unos pocos días, pero luego se van, no se preocupen demasiado pues a las pocas horas desaparecen, y aparte son muy sociales. Cuándo muera espero regresar de esta vendita manera.
Antonio: Eres un ángel Lucas, te felicito. Pero que alegría encontrarte. Di a nuestros amigos que yo no hice nada malo, que fue la fatalidad lo que ocasionó la tragedia.
Lucas: Antonio no tuvo la culpa, como él dice, está ajeno al hecho.
Cristal: Oia, escucho su voz.
Duarte: ¡Lucas! Te escuchamos clarito. De todos modos que gran consuelo ¿Dinos por cuanto tiempo te quedarás con nosotros? En cualquier momento me verás de ese lado.
Cristal: Mi amor te estoy escuchando. Pero no sé que decir.
Lucas: No pierdan tiempo. Lo que en verdad me tiene atormentado, lo que no me permite seguir rumbo al cielo, es que van a sacrificar a nuestro amado Hércules.
Antonio: Créanme, lo puedo ver, juro que está ahí parado de brazos cruzados, justo aquí.
Lucas: Lamento informarte Duarte pero aquí en el cielo se comenta que tú eres el causante de haber contagiado a los equinos de la peste mortal.
Duarte: No me digas eso, han muerto tantos animales, que de solo decirlo me invade la tristeza.
Otra imagen muestra a Antonio sacando al animal del stud, ayudado por el alumno, donde aparte. Lo cargan en el famoso tráiler y se marchan al campo, ahí lo pintan a Hércules de negro, y le cambian el nombre: Relámpago.
Horas más tarde se llega a un arreglo de sacrificar a otro caballo que no es Hércules y así poder cerrar el caso.
Pero también lo incineran a éste caballo y los muchachos tiene el cajón con las cenizas convencidos de que se trata del propio Hércules.
También apareciendo un espectro, junto con el espectro de Lucas, que obviamente se trata del mismo animal.
Ahora el escenario es el campo donde están escondidos; al cual irán Cristal y Duarte, y donde estarán presentes los espectros, correspondientes a Lucas y el caballo.
En otra parte del escenario, se ve a Cristal Martínez junto con Duarte Molina retirando las cenizas del supuesto Hércules. Y yendo en busca de Antonio quien se encuentra escondido en el campo, junto con el alumno.
Cristal: Estoy tan triste y desolada que no encuentro consuelo alguno.
Para más tarde golpearles la puerta de la tapera, portando las cenizas del caballo y las de Lucas.
Antonio: Alcánzame el balde con la tintura, tengo prisa, quiero retomar una vida aparentemente normal.
Esto de la pintura habrá que hacerlo dos veces al mes, para que se vea bien negro como el finado Relámpago.
Alumno: Te diste cuenta, que ya tan rápido, se comporta de otra manera, cual caballo sin un gramo de inteligencia.
Antonio: No obstante, quiero que compartamos la propiedad del animal.
Nadie notará el cambio, los dueños me tienen tanta confianza, que mira, has de cuenta que estamos solos en el desierto. En cambio la que si en cualquier momento puede aparecer en escena es Cristal.
Pero atención, ha no olvidar, que debemos ocultar la verdad de los hechos ¿Estás de acuerdo?
Alumno: Lo mando ya mismo a pastorear por el campo bien lejos, y que ni Cristal Martínez y ni tú amigo Duarte nunca lo vayan a conocer.
Pero escucha alguien golpea la puerta de entrada, veré de quien se trata.
¡Antonio! Ha venido Cristal. Pero que sorpresa tan agradable, pasen siéntanse en su casa, es aun temprano ¿Quieren tomar algo?
Cristal: Pasó algo terrible, me siento tan desolada y débil, a Hércules finalmente lo han sacrificado, a la madrugada dejó de existir, y después lo cremaron en silencio.
Nosotros aquí trajimos sus cenizas para esparcir por el campo.
Antonio: Tienes que entender que por motivo de las sospechas que recaen sobre mi, considero preferible quedarme por esta zona.
Mira Cristal, no se como sobrellevar el mal momento. Yo le dije al propio Lucas que el lazo estaba fundido y no me quiso escuchar. Siempre fue un enajenado, un tipo recontra soberbio al que había que cruzársele en el camino para que detenga la marcha. Aparte se dio que el lazo estaba apretado, pero era un cordón fundido de tanto ser usado, y no quiso escuchar mis concejos.
En el fondo yo deseaba estar con vos Cristal y que por lo tanto que se muera pensaba, pero nunca moví un dedo para que eso ocurra de verdad. No me siento para nada culpable.
Cristal: Antonio ¿Quieres pronunciar un discurso antes que de abramos la caja?
Aunque despierte la sonrisa, hemos traído las cenizas de Lucas también como para que descansen juntos.
A propósito ¿De quien es el caballo que está en la entrada?
Duarte: Confiesa la verdad ¿Que ha sucedido?
Antonio: Venga un abrazo amigo que aun no nos hemos saludado.
Duarte: Basta de saludos, no es momento para bromear.
Antonio: Cuando compramos la montura lo primero que le comenté es que la cincha estaba muy gastada, que tuviera sumo cuidado. Después cuando Hércules ganó el primer clásico, le vuelvo a insistir con el tema, quedando como un tarado porque minutos después ganó de punta a punta. El día que murió, yo estaba con Cristal, pero hubo un momento donde me acerqué a Hércules y tan solo lo acaricie el pescuezo. Lucas sabía perfectamente que mi silencio de ultratumba se debía a que me encontraba con mucho fastidio, al observar la manifestación de la decadencia reflejada en ese lazo tan cuestionado por mí y que aun permanecía. No obstante partió a romper los relojes imponiendo su gran velocidad.
Para que vean que no intento ocultarles nada, les voy a confesar una cosa que ignoran. Hércules está vivo, le he cambiado el aspecto, en realidad es ése tal Relámpago; siento vergüenza por lo ocurrido, pero el caballo sacrificado se trató de un caballo enfermo, apestado de ésta nueva enfermedad de los equinos, que además amenaza con transformarse en una pandemia.
Por suerte la justicia aceptó el intercambio debido a que necesariamente deben cerrar el caso.
Por esto mismo es que Hércules debe seguir siendo Relámpago, más nadie fuera de nosotros debe conocer la verdad.
(Si bien es cierto que Cristal causó fuerte impacto en mí, solo estaba feliz de tener a Hércules, no necesito otra cosa para mi vida).
¿Sabe? Lucas fue una persona que me abrió su corazón entero, así es que pude albergar el afecto que me supo entregar, quiero aclarar que le tenía un aprecio genuino digno de destacar; además de significar una fuente real de riquezas por sus grandes conocimientos. Pero fue un tipo cabeza dura y así lo pago con su vida.
Cristal: Hércules está vivo, que inmensa alegría. En algo alivia, eclipsa el fuerte desaliento que trajo aparejada la desaparición de Lucas.
Un amor que viene para quedarse nunca tapa a otro que estaba, más bien lo supera ampliamente.
Antonio: Si pero no olviden que ahora se llama Relámpago, que si nos descubren tal vez lo quieran sacrificar nuevamente.
Cristal: Nosotros te vamos a ayudar en lo que podamos. Sabemos que eres inocente, por lo menos eso es lo que voy a declarar ante la justicia.
Antonio: Si pero no resuelve el problema de la sentencia. Con esto han destruido mi vida; ahora no me queda otra, si pretendo estar libre debo huir siempre huir, como un fugitivo, olvidando quien soy, postergando mi ser a cada palabra que pronuncie.
Alumno: Yo lo voy a ayudar en todo para eso somos amigos. Conozco un lugar en donde se podría quedar, de lo contrario tendríamos que cavar un hoyo aquí mismo, cerca de donde yace Relámpago.
Antonio: Estoy confundido pero aun no pierdo la lucidez ¿Por qué noto dudas en sus expresiones?
Vean que caja más grande es ésta, donde descansan las cenizas de Relámpago; voy a arrojar las cenizas a los pies del árbol donde lo solían atar al pobre caballo.
Alumno: Y yo quiero que sepan que desde hoy Relámpago es mío, de Antonio y de nadie más.
Cristal: La temperatura está muy agradable, no deberías ponerte de mal humor por cualquier motivo.
Antonio: Me parece que estuviera soñando despierto.
Duarte: ¿Quieres saber la verdad de lo que siento? Para mi no hay dudas que eres el auténtico asesino. Por ello es que te clavo esta daga filosa, pero esperen, no habrá de morir solamente quedarás herido, solamente estarás inutilizado hasta que venga la policía. Sepan que cuando se acercó para acariciar el caballo, ahí aprovechó para aflojar la montura. Hay testigos que lo han visto. Tuve el deber de hacer justicia por mi propia cuenta.
Antonio: Pero di ¿Quien te manda a ser tan cerdo vigilante? Inmundo apestado. Me has clavado un puñal.
Te repito, era una cincha vieja donde el cuero hubo cedido y por lo tanto asumido la forma del lazo opuesto; que por desgracia no avisa aflojándose de repente, o quizá cuando por la mañana el jockey monta al caballo por el estribo, sino que una vez sola se desata, siendo por lo general en esa oportunidad donde se desencadena la tragedia, como resultó ser en los hechos, pero pregunto ¿Puede alguien, como ser yo, estar molestando, a una persona avezada, que sabe un montón sobre el tema que está exponiendo?
Cada uno tenemos un mensaje en nuestro haber, y yo tengo ese, que cuando un lazo está vencido no hay que perder tiempo en reemplazarlo. Y máxime que el lazo estaba en una vitrina, de donde seguramente lo sacaron sin permiso. Cuando algo pasa a ser parte del arte, se debilita con relación a lo que exige la realidad.
Solamente me arrepiento de no haberlo tomado del cuello y haber dicho: Por todos los santos porque no cambias la cincha, o acaso pretendes que sea más grandioso lo que encuentras tirado que la metas que está buscando. Así fue que se presentó la muerte, por estar jugando con las leyes del destino.
¿Porque me has herido de semejante manera?
Duarte: Pronto no harás más que descansar en la sombra del calabozo pues has de aterrizar en la cárcel que es lugar que mereces. Aparte, no te quejes tanto que allí tienes una puñalada solamente, como para saber como queda de lindo el mango pegado a la panza.
Antonio: Que haces desdichado, no ves que me haces sentir un dolor inmenso. No te das cuenta que tienes Sida, que has contagiado a todos los equinos, tú fuiste el que inicio la peste.
Duarte: Odio propagar la maldita peste. Querida amiga, escucha mi concejo, trata de escapar antes que sea demasiado tarde.
Alumno: Entonces no me queda otra que inyectarte anestesia para animales.
Cristal: Pero que locura es ésta ¿Como te atreves a realizar semejante barbaridad?
Antonio: Si pero escucha, Duarte primero me clavó un puñal, tan loco no está, yo siento que estoy muriendo, cada momento que pasa me voy sintiendo peor.
Duarte: Bueno, pero si ahora me ayudan, quizá los llegue a perdonar de lo sucedido, y cuando digo todo me refiero a lo de Antonio también. Por favor que alguien lave mi sangre con cuidado de no contagiarse la peste.
Cristal: Déjame ayudarte.
Alumno: Vos te quedas ahí, si no quieres correr con la misma suerte. Con la locura que esgrime Duarte Molina no me extrañaría que sea un asesino serial.
Cristal: Ah, pero entonces vos también estás re piantado.
No podemos permitir que mueran por falta de asistencia.
Alumno: Según aseguran los que saben, dicha peste mortal es una mutación del virus del Sida en la sangre de los propios equinos, y que esta bestia terrorista que se hace pasar por santito, haya sido quien contagiado a propósito para hacer un daño irreparable al planeta.
Pero como sea, por dios entiendan que si descubren la verdad van a ejecutar a Relámpago, antes prefiero que éste tipo muera paralizado y después a correr con los riesgos que deba correr.
¿Antonio, te encuentras bien?
Antonio: Si, no te preocupes fue solo un profundo rasguño.
Cristal: Oye, joven atrevido, mira lo que aquí tengo, tiburón con los dientes afilados.
No obstante debo reconocer que tienes mucha razón en decir que el hecho de que Hércules está ahora con vida no debe trascender. Pero recibe tú merecido, ésta red de pesca que aquí vemos ha de ser tú jaula por precaución, el chaleco de fuerza.
Alumno: Pero que mujer más transgresora, me ha envuelto en la red. No me puedo mover.
Antonio: Anda Cristal quítame la daga. Por suerte la herida no sangra, creo que no moriré por ahora.
Alumno: Piensen que si la vedad salta a la luz, muy probablemente vayan a sacrificar al animal; está aun tibio el cuerpo de Lucas el muerto, no lo van a saber perdonar.
Duarte: Me va a resultar muy difícil retomar la amistad, pero tienes mucha razón en lo que dices, que tal si dejamos aquí el asunto, poniendo punto final a la guerra. Yo necesito estar con Hércules, o con Relámpago como lo quieras llamar, los últimos días que me queden. No quiero tener un caballo para mirarlo de lejos, además necesito estar con ustedes.
Alumno: Pero entienden que Hércules es otro, ya no puede hacer sociales como antes. Se tiene que quedar en la estancia, no debe recibir visitas, etc. El verdadero Relámpago era un caballo enfermo, que se debatía en soledad entre la vida y la muerte. No debemos andar de paseo de aquí para allá, eso levanta polvadera, que de seguro nos va acarrear serios inconvenientes.
Tenemos que encontrar una excusa para estar aquí, que no es precisamente nuestra casa, o bien adquirir a Relámpago, comprarlo a su dueño digo, y más luego llevarlo a pastorear a otro lugar, otro campo que nadie sabe donde queda. Se supone que esto es una estancia donde viene poca gente de visita, y no un campo de juego donde practican niños.
Cristal: En consecuencia lo mejor será disimular.
Alumno: Correcto.
Cristal La próxima vez que venga diré que soy la veterinaria.
Antonio: Cristal, por qué mejor no traes a Hércules hasta aquí. No te preocupes más por mí, me siento mejor.
Eh, Duarte ¿Como te sientes?
Duarte: Me siento duro como una estaca. Dicen que hay una foto que te muestra de cuerpo entero ajustando la montura antes de la partida de Lucas.
Cristal: ¿Es cierto eso Antonio?
Antonio: Es mentira, yo estoy tranquilo, nunca me acerqué demasiado, Cristal vos no me deja mentir, hace memoria.
Alumno: Vos Duarte, le quieres sacar de mentir a verdad; estoy bien seguro que aun no sabes como sucedieron las cosas, aunque moribundo quieres incidir en la historia.
Duarte: No es nada liviano que te pongan droga en la sangre, tus caprichos los llevas a niveles de locura. Maldita fiera salvaje cuando salga de esta te voy a matar a palazos.
Alumno: Vos casi matas a mi amigo, inconciente.
Cristal: Quédate en tu lugar. Mejor perdona al muchacho y empecemos de nuevo. Voy a traer a Hércules para que estemos un rato con él.
¿Dime Antonio, tú piensas que has de morir si no recibes asistencia?
Antonio: No, es increíble pero no me ha tocado ningún órgano, voy a estar bien.
Alumno: Quítame la red de encima, ya verán no les haré ningún daño.
Cristal: Usted mejor cállese, que es bastante loco lo que acaba de hacer.
Igualmente corrijo, voy a traer a Relámpago hasta aquí. Lo primero que debemos hacer es empezar a acostumbrarnos a que se llama de otra manera.
Alumno: Es hora de que sepan quien soy, se que estoy poco presentable así atrapado como un pecesito de mar, no importando lo que opinen, siendo la prioridad de comprobar que se trata de un hombre temperamental pero en el fondo inofencivo.
Duarte: Miren allí a Antonio, de nuevo con el espectro de Lucas y el del verdadero caballo Relámpago.
Cristal: Debo llamar a la policía.
Alumno: Si lo haces sabrán que Relámpago es Hércules y por lo tanto lo volverán a juzgar, para luego como se debe sacrificarlo.
Cristal: Por favor no digas eso, para la sociedad Hércules ha dejado de existir, nadie tiene porque enterarse de esa verdad.
Alumno: El juez va querer saber todo y pronto se darán cuenta, lo que será algo peor pues saldrá a la luz que estamos mintiendo. Lo más conveniente es que depongamos la actitud agresiva entre nosotros y retomemos la vida normal igual que antes, que cada uno cargue con su pesar y que por favor no llamemos a nadie de afuera.
Se los pido que miren la realidad con sensatez, las cosas como son, por favor no se mientan, Duarte está muriendo de Sida, no nos engañemos más, viene arrastrando desde hace mucho esta dolencia, son las últimas consecuencias de la enfermedad. Pero atención, no ha de ser la inyección de anestecia para caballos sino más bien la peste lo que lo ha de matar.
Propongo que vayamos a mi isla, y que entre todos nos dediquemos a embalsamar los caballos que nos manden del Jockey Club.
Duarte: Tal vez no debería ser yo quien lo diga, pero Nico tiene mucha razón. Además seguramente se sabrá que tengo la penosa enfermedad y me echarán del trabajo.
¿Saben? A pedido de mi patrón, les venía a pedir, a vos Cristal y ti Antonio, si no se animan a trasladar quinientos caballos de un campo a otro, pero ocurrió todo éste desborde donde casi casi me convierto en un asesino, celebro que haya sido solo un rasguño. Pido perdón de rodillas.
Alumno: Insisto en decir que no perdamos más tiempo y vayamos a mi isla, este negocio de las estatuas no va a deparar un buen dinero, y enseguida, seguro, bienestar.
A usted amigo no le queda mucho tiempo de vida, le aconsejo que pida licencia y se traslade con nosotros, le aseguro que no encontrará un lugar más complaciente para dejar existir.


Nicolás: Sepan que con una sola aplicación de este formól un caballo queda correctamente embalsamado por siglos.
Duarte: Cuando muera quisiera que me embalsamen, y que pongan a exhibir la estatua vestido de blanco cerca de la orilla.
Alumno: Si pero no olvides que convertido en una estatua, tu imagen solo se podrá reflejar en otras personas pero nunca conformarás un ente propio, en cambio si tu cuerpo es cremado hasta quedar reducido a cenizas, podremos observar un espectro tuyo por algún tiempo.
Di por escrito lo que prefieres y nosotros haremos que se cumpla tu voluntad.
Nicolás: La peste está provocando grandes estragos en todo el mundo, nosotros aquí no damos a vasto con la producción de tantos caballos que mueren, así parece que solo el flaco Relámpagos se ha de salvar.
Cristal: Se ha retrasado el barco, en este viaje traerán tres grandes campeones y se llevarán la estatua de Forli Juniors para ponerla en un museo.
Antonio: Estoy preso pero igual me quedo para estar con Relámpago, pero che mejor le digo Hércules, si total aquí no nos escucha nadie.
Nicolás: No mienta profesor, usted se queda por Cristal Martinez, es hora de que formen una pareja seria, y que tengan muchos hijos, créanme a nadie le va a molestar, ya ha pasado un tiempo prudencial desde que Lucas no está con nosotros, no tiene sentido tirar la pelota afuera.
Duarte: Estoy de acuerdo, quisiera que antes de partir al otro mundo ustedes me puedan dar un sobrinito. Ahora si por esas cosas de la vida yo llegase a volver como una espectro espero que establezcamos algún tipo de relación.
Nicolás: Quiero que acepten un regalos que yo mismo hice para ustedes, una cama matrimonial. Esperen que en un segundo la armo con respaldo y más.
Duarte: Dense un besito en los labios para los amigos como para darle comienzo a la relación.
Cristal: Un momento, a lo lejos suenan relámpagos, se avecina una tormenta, está comenzando a soplar un fuerte viento, no vaya a ser que aparezca el espectro de Lucas y nos vea festejando el comienzo del amor.
Duarte: Conozco a todos los caballos que traen, algunos los he visto nacer y ahora debo verlos muertos. Río y lloro de pensar que yo mismo he ocasionado la pandemia, motivo por el que seré eternamente perseguido. Para evitar sufrimiento tal vez sea conveniente que me quite la poca vida que me queda.
Nicolás: No digas eso, a lo mejor se produce un milagro y sanas, y aparte se confirma que tu nos hecho nada malo con eso de haber contagiado a todos los caballos del mundo.
Cristal: ¿Vieron lo que pasa? Relámpago se queda mirando las estatuas durante horas enteras, queriendo provocar alguna reacción, pero por supuesto no nadie se mueve y entonces mira en su entorno para buscar complicidad.
Antonio: Debo instalar la antena parabólica, es hora de que nos por fin nos conectemos con la internet y así poder instruirnos para ser más civilizados, que es lo que nos hace falta.
Nicolás: Podríamos hacer una película: De cómo dormimos, nos despertamos, mostrar el almuerzo, cuando desayunamos, la cena, los distintos momentos del día; puesto que algún día seremos celebres; el tiempo pasa pero nosotros quedaremos.
Cristal: ¿Pero que te pasa Duarte? ¿Te sientes mal?
Duarte: Ha llegado el momento de morir.
Nicolás: Haremos una balsa para quemar tu cuerpo en el rio y luego tenerte entre nosotros como un espectro, ya verás que podrás estar bastante tiempo, más de lo convenido.
Duarte: Adiós amigos voy a morir ahora, en este preciso momento. Cristal permite que use tu falda de almohada. El aire se acaba, espero regresar pronto como un espectro.
Alumno: Vengan conmigo hacia la orilla, tengo la balsa preparada para el funeral.
Duarte Molina, hay muchas flores en la balsa, que tengas un buen viaje, y ojalá que regreses lo antes posible convertido en un espectro.
Antonio: Cristal, mira como se incendia la balsa sin remedios. Te voy a extrañar viejo compinche, a partir de este momento mi destino tiene una capa de guía.
Es increíble, pero juro que es verdad, mientras el fuego logra su comedido, va apareciendo el espectro de Duarte, quien desde lejos nos saluda con los brazos en alto.
Duarte: Vengan síganme, esto es el otro mundo, estoy fascinado, es otra dimensión, se dan cuenta estoy en las puertas del cielo, dimensión a la cual se viene cuando nos sobreviene la muerte. Nosotros somos espectros verdaderos, seres que habitan entre ambos mundos pero que tienen su patria allá en el cielo junto al Señor.
Quiero darles la oportunidad de que conozcan esta realidad, los voy a llevar a que conozcan y luego los traeré de regreso.
Se encuentran conmigo los espectros de Lucas y el verdadero Relámpago.
Les propongo que caminemos en esta dirección en busca de Dios. Nunca se sabe bien donde estamos, si en la realidad de ustedes o en la nuestra correctamente.
Antonio: Me resulta fascinante que intercambiemos nuestras distintas culturas, y que tanto ustedes se hagan ver, como nosotros insertarnos en vuestra dimensión.
Pero disculpa pues no permitiré que Cristal arriesgue su vida, puesto que quizá nunca vayamos a volver.
¿Tú que opinas Nicolás, te animas a que hagamos una expedición al otro mundo, a conciencia de los que nos puede suceder?
Nicolás: Para que negarlo, es muy interesante esta posibilidad, creo que vale la pena arriesgar el pellejo.
Antonio: Entonces vamos, que Cristal se quede con Hércules. Aguarda que voy a averiguar un poco más.
Escúcheme señor espectro de mi amigo Duarte Molina, quisiéramos saber algo más de aquella dimensión ¿Usted es aquel Duarte que conocí o es un espectro a las ordenes del diablo?
No olvido que he recibido de su parte una flor de puñalada que por milagro no paso de lado a lado, trayéndome primero a mí.
Duarte: No existen fronteras, el paisaje lo es todo; por ejemplo cuando hay una tormenta el agua casi no te moja y el viento apenas si te empuja, pero que están están.
La luz está presente solamente en lo que se tiene que ver, el resto es de un color transparente, o sea que lo que predomina es el paisaje, o cuando estamos en un lugar público donde habitan muchos espectros, lo que se ve con nitidez es al juez o al rey, el resto es nada, un gran espacio sin formas.
Antonio: Está bien, iremos con ustedes.
Duarte: No hace falta más nada para entrar en nuestra dimensión. Observa como todo se va poniendo invisible, como los seres queridos quedaron atrás.
Con solo tu aprobación ya estarás en este mundo con nosotros.
Antonio: Pero y Nicolás donde está.
Duarte: No vino porque todavía lo está pensando.
Cristal: Hola aquí vine. Mientras Nicolás piensa su decisión yo pedí que me trajeran aquí con ustedes ocupando un lugar que no me pertenece, y así por el hecho de estar montando a Hércules aparecimos juntos.
Duarte: No teman nada malo les irá a pasar. Tampoco tienen porque ocultar que están enamorados. Lucas, el ex marido de ella, es un espectro y como tal, no puede arrastrar cuestiones del pasado, por eso es que en nosotros no existe rencor alguno con lo que hemos dejado atrás.
Lucas: Pero se nos presenta la oportunidad de que vengan con nosotros. Es una noble excepción que no siempre ocurre.
Antonio: ¿Adónde está Nicolás en estos momentos?
Duarte: Aun no se decide, está pensando, pero cuando lo haga habrá de venir con nosotros de inmediato.
Lucas: Atraviesas por una tormenta pero no te mojas, suena interesante ¿Pero pregunto para que llueve entonces? Vas por un desierto, pero la sed que sientes no te ha de molestar demasiado ¿Pero para que están las cosas entonces? Estás en una selva pero no se ven animales, es todo naturaleza, hay mucho follaje ¿Es acaso un mundo solo de imágenes?
Duarte: Miren a lo lejos, está Relámpago, que como te dijera se trata de una yegua y no un caballo macho, junto con Hércules, que rápidamente se está enamorando, y además parece que flotaran en el espacio.
Lucas: Hasta el momento solo han visto una bandada de caballitos con alas ¿Verdad? Pues es el alma de los pobres caballos que van muriendo víctimas de la peste.
Luego se encuentran con Nicolás, quien recién acaba de tomar la decisión de incorporarse.
Calculan que han de poder regresar pero esto es incierto.
Digamos que los espectros tienen un comportamiento dudoso.
Duarte: Estoy bailando al compás de la alegría, de estar en este mundo, entre la nada y la eternidad, bailando al compás de una música de guitarra eléctrica.
Lucas: Aquí nadie es importante solamente sobar el aire a borbotones.
Duarte: Y un buen día, después de tanto caminar sin sentido, te encuentras con el rey del lugar y puedes sostener la conversación más ilustrada.
Antonio: Nos a dado un gusto tremendo estar aquí pero debemos regresar, nos hace sentir muy felices saber que se encuentrar fenómeno.
Lucas: Pero en cambio ustedes harán una pareja feliz, mientras que nosotros navegaremos por la eternidad entre paisajes que van cambiando.
Antonio: A mi eso fue lo mejor que me pasó, sentir que todo cambia pero que siempre sientes lo mismo: Estar en un desierto sin que se te caiga ni un gota de transpiración.
Duarte: No me estarás cargando, burlándote de nosotros ¿Verdad? Mira que aquí juevan de visitante.
Lucas: Uy, miren la yegua Relámpago le acaba de dar una patada en la cara a Hércules, sobre un paisaje de rocas y montañas, donde el gobernador festeja lo sucedido.
Cristal: Queremos volver.
Antonio: De la patada le ha volado parte de la cara. Debo socorrerlo.
Duarte: No entiendo porque te apropias de Hércules si él es de todos.
Antonio: Ustedes están muertos, esta es otra realidad, yo no te hice nada, te lo repito la montura se desató sola.
En cuanto a ti Duarte, en nada tuve la culpa de tú enfermedad.
Cristal y yo vamos a formar una pareja, porque Lucas hace mucho que moriste, no tiene sentido estar esperando a que regreses.
Lucas: Si tiene sentido, ya ves como he vuelto.
Antonio: Si pero no es lo que se estila. Esto de poder viajar a otra dimensión es algo milagroso que merece nuestro mejor respeto.
Antonio: Cristal empieza a rezar y a pedir que queremos volver a casa, Hércules está seriamente lastimado, acércate a él mientras y le pides a dios que nos devuelva a nuestra realidad. Creo que aquí nuestras vidas corren peligro. Reúnete con Nicolás, más juntos imploren que queremos regresar, es urgente no pierdan tiempo.
Lucas: Seguro que extrañan comer, pero aquí no hay alimentos, por lo tanto nadie tiene apetito.
Duarte: Porque no cantan la canción de queremos volver, queremos regresar a casa de nuevo.
Finalmente logran hacer pie en el propio puerto de estatuas, tal como si no hubiera ocurrido nada, donde está la cama matrimonial armada, como esperando el encuentro postergado, todo esto, siempre pronunciando las misma palabras que antes de salir de la otra realidad.
Cristal: Queremos volver, queremos regresar, por favor queremos volver, queremos regresar.
Y así es que vuelven a esta realidad, junto con Nicolás y Hércules; enseguida retomando una vida normal.
Hasta que un día aparecen Lucas y Duarte disfrazados de detectives que investigan la muerte del propio Lucas, y con fotos falsas acusan a Antonio de haber asesinado a Lucas.
Hay un momento hostil pero Antonio y Cristal, quien esta embarazada, los logran reducir hasta ser nada.
Pero en esa batalla pierde la vida Nicolás.

Texto agregado el 31-10-2010, y leído por 163 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]