Capítulo X
Los Gorriones
La liebre los invito a seguirlo, y después de recorrer media hora se encontraron en medio de un arbusto de flores multicoloridas.
-En ese sembradío se encuentran las Zanahorias, solo hay que cruzar nada mas ni nada menos que ese pequeño agujero- dijo Paletas con picardía
- Bueno, ¿Qué esperamos?
- Solo hay un pequeño problemita, ese lugar se encuentra repleto de serpientes, y por cierto, bien venenosas. Ciertamente ese Canela es un antojado.
- Si hay algo a que le tengo terror es a las serpientes- dijo Paletas retrocediendo lentamente.
- Si, es una situación muy difícil, pero no hay que desanimarse- comento la Liebre.
- Tiene que haber alguna manera, y si damos una vuelta por ese árbol podemos llegar hasta el sembradío
La vieja Liebre estudio la situación, no muy convencido.
-El árbol esta rodeado de ratas. Viven allí escondidas en un hueco del árbol asechando cualquier animal para devorarlo. Y ahora más que nunca porque tienen mucho tiempo que no han probado bocado. Uno de mis mejores amigos murió justamente allí victima de esas feroces ratas, sabia de las Zanahorias y quería probarlas a cualquier precio.
Paletas ya se estaba poniendo nervioso. No se esperaba tantos peligros, pero lo que mas lo asustaba era la presencia de las serpientes.
-¿y tus amigos los gorriones? ¿No nos pueden ayudar? Preguntó Carlos
- No me acordaba. Es una excelente idea- respondió la Liebre
-¿Dónde viven? Pregunto Carlos
- En ese viejo Árbol
Entonces la liebre ni corta ni perezosa se dirigió al Cedro. Era un árbol de gran tamaño lleno de lianas y muchos arbustos
-Pepe- grito la Liebre
- ¿Quién me llama? Estaba durmiendo una siesta- respondió un gorrión grisáceo.
- Soy yo, Tapitas.
-¿Qué se te ofrece? Tiempo sin verte.
- Necesito un favor tuyo. Necesitamos una de esas zanahorias riquísimas que se encuentran en el sembradío- respondió la Liebre.
- La gula va ser la destrucción de Uds. Si me dices por qué es tan importante te ayudaré- le respondió el Gorrión.
- Es para el viejo Canela, tiene presa a una pequeña hada, y no la piensa soltar hasta que le llevemos un par de zanahorias
- Y ellos, ¿Quienes son? Mirándolos con desconfianza.
- Son unos buenos amigos, él es Carlos y este Castor es Paletas. Han venido de muy lejos para rescatar a la pequeña hada.
- Los ayudaré. Les diré a mis amigos que vengan también y así podrán ir todos al sembradío y recoger las zanahorias, pero no las coman, si comen muchas pueden caer en un profundo sueño y después ser devorados por las ratas
Del árbol llegaron volando tres gorriones. Eran de un color canela con unas alas blancas y franjas negras como el azabache.
- Ellos son los más valientes de mi tropa. Hemos volado grandes distancias para comunicarnos con mis otros hermanos que viven del otro lado del río.
- Muchas gracias – respondió Carlos
-Ahora no pierdan tiempo, móntense encima de nuestras alas- respondió el valiente gorrión
Al poco tiempo emprendieron el vuelo. Los gorriones volaban muy rápido, y en un santiamén llegaron al sembradío de Zanahorias.
- Acuérdense de mi consejo- les recordó Pepe. Nosotros los esperaremos debajo de este viejo árbol. Aquí hay unas semillas suculentas.
Carlos y sus amigos se encontraron entre un sembradío de zanahorias. Eran inmensas. Solo iban a necesitar dos. La liebre las miraba con sorpresa. Era todo un festín para los de su raza.
-Creo que no hay problema si te llevas también una- le dijo sonriendo.
Los tres amigos se llevaron 3 zanahorias. Volaron de regreso pero con mayor lentitud, apenas podían con su peso, y aterrizaron en una pequeña llanura.
-Acuérdense no se atraganten con ella. Esas Zanahorias son adictivas y tienen unos efectos extraños que no conocemos totalmente
Continuará..
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