Momentos

Atravieso los rayos de sol que proveían del patio, nunca me preocupé que pudiera ubicarme a tal distancia de quedar a su uniformidad.
Vacile por algunos minutos, cada vez que me detenía su mirada, tropezaba con los invitados, cubría manteles con vino, pasteles por doquier.
La sala era redonda, las mesas redondas, los manteles redondos, tan así que descubrí que mi hermano tenía un gusto temible.
Supuse que el censo lo mismo cuando les dio las felicidades a mi hermano y a su esposa en la entrada.

Hablaba afablemente, como siempre.

Me oculte detrás de la mano de mi cuñada que sostenía su copa alzada, a distancia me veía pequeña que hasta figure que podía encapuchar la lámparas con un dedo.

Pero fue a cabo de unos segundos cuando deje de verle, desapareció.
Me senté de mala gana y tome un sorbo de vino como si estuviera con mis amigas en un bar madrugador, olvide que poseía un vestido y maquillaje en el rostro.
Temblé cuando escuche unas sillas jadeantes detrás de mi puesto, alguien las corría con mucha rapidez.
¿No cree que sean las flores más horribles en toda la estación?
Mi asombro me cubrió como una sombra tenebrosa.
Creo que son suficientes para un matrimonio tan esperado- dije sin voltear.
Siempre tiene la respuesta tan congruente Srta.- contesto el escandalosamente.
No era mi intención que lo hiciera saber a toda la sala- conteste tratando de ubicarme de las miradas fugases a tal escandalosa respuesta.
No creo que los novios quieran saber su opinión, tan solo ver la mesa creo que no fue usted invitada a darla. – respondió


Los invitados bailaban tímidamente, la musica pasaba desapercibida, los novios comentaban su viaje y mi hermana mayor corregía los valores de la estadía en Disneylandia.

Vi su mano temerosa en el raspando de mi silla.

Supongamos que no nos conocemos- propuso el

¿Que importancia a de tener eso?- respondí

Creo que si logramos ese acuerdo, podré por fin bailar con usted- respondió sin cortar palabra.

¿Qué? ¿Por qué?- respondí sintiendo mi punzante ojo latir.

Usted lo sabe- me dijo abrigando mi espalda con su mano.

Como se le… - alcance a contestar cuando me di cuenta que ya había imaginado mi respuesta. Se marcho.




Cita…
Mi estrategia es
En cambio
Más profunda y más
Simple.

Mi estrategia es
Que un día cualquiera
No sé cómo ni sé
Con qué pretexto
Por fin me necesites.

…Mario Benedetti