Hojas secas y olvidadas prisioneras de un tiempo en que fueron lozanas y hoy las arrastra el viento al fondo de las zanjas. Crujir de esperanzas en terreno seco y yermo abrigándose con otras para esperar el fuego que las haga cenizas. Puede que el humo las vuelva a las alturas del viejo y reseco fresno cuando fueron primaveras de un gélido invierno. Y hasta quizás quimeras de un muy breve sueño en que las arboledas den sombra al beso de las pieles cansadas Ando por el abrupto sendero entre desiertos y espinas, tan retorcido como el infierno que se pierde en los olvidos por hallar un recuerdo. No hay amapolas en el invierno. Joan © Bosch 30/10/10
Texto agregado el 30-10-2010, y leído por 98 visitantes. (1 voto)