Te encuentras lejos, tan lejos,
suspiro al recuerdo ya cuasi inexistente,
Desdibujado garabato,
borroneado por el tacto de mi mano,
que se resbala en un coherente impulso,
queriéndote acallar, a ti efigie.
Acallar el fatídico fulgor de aquellas,
tus tenues luminarias,
que me observan acechantes,
desde la paz del arrugado papel.
¿Por qué te hube retratado ayer?
Delineado siquiera,
tú suntuosa figura de agraciada amante,
cuando tú has asido tanto de mi,
cuando tú estrujaste,
el bramar de mi gastado pecho,
entre la impiedad de tus manos.
Aborrezco hoy tú retrato,
retrato fluctuante sobre el tiempo,
ahogante, que me atrapa en tu recuerdo,
maldigo mis manos, mis inocuas manos,
que se atrevieron a esbozarte cual diosa allí.
La rudeza de mis palabras,
desmienten quien soy,
el intentar con prepotencia insultarte,
que hipócrita,
No puedo emplear en ti,
lo que nace de la sucia desesperación de mi dolor,
porque aunque el admitirlo,
termine ya, con la vaga imagen,
hilarante figura inexistente que soy,
aún si la muerte me espera,
tú labraste en los verdes campos de mi fértil ser,
la semilla de aquel que quiero ser,
Aún te digo desde el dolido pozo de oscuridad,
susurrándolo con un dejo de vergüenza…
…te amo
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