la miro con todo mi amor
recordando apenas su historia
… y en el mundo del silencio que la envuelve...
De impaciencia desatada por la espera
vestida de blanco y sonrisa imborrable
mostraba su mirada toda la luz que irradiaba
al inicio del camino que aquel día comenzaba
Poblado de dichas y sinsabores
de tormentas y aguas claras
el camino se hizo corto a veces
… con su canto lo alegraba
y otras arduo e interminable
por tanta pena que la vida trae
Hoy su paso ha detenido
ya no sonríe su rostro
no se escucha más su canto
abatida
lejana la mirada
parece llorar
cuando el sentimiento calla
Dejó una huella larga y profunda
por la que caminé de su mano
siempre tranquila y segura
porque ella estaba a mi lado
El sendero hoy se hace angosto
de difícil caminar
sólo acompaño su paso
sólo silencio en su andar
Mas la huella que ha dejado
nadie jamás borrará
una huella muy marcada
ejemplo de fortaleza
dispuesta siempre a entregar
Pilef
17-10-2010
A mi madre
Texto agregado el 29-10-2010, y leído por 168
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
15-06-2011
Lo siento, nada sabía de esto. Un abrazo para ti y 5 estrellas por el poema. Alberto45
05-02-2011
De una hermosura y ternura sin igual. maria_eleonor
29-10-2010
Hermoso. Siempre las madres nos señalan un camino que queda fuertemente grabado en nuestro transitar. Saludos. sara_eliana
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