La casa de laSeñora Osa siempre está llena de amigos.Todos quieren probar los manjares que de su olla salen y disfrutar de su buena compañía. La que va más a comer es la Señora Zorra que muchos días se auto-invita.
Doña Osa quisó que aprendiera una lección, uno de los días en que la Señora Zorra se convidó puso una comida más bien escasa aunque fuera mucho el hambre.
La Señora Zorra asombrada le preguntó a Doña Osa qué es lo que pasaba:
-¿ Acaso se ha puesto usted a dieta?
-Claro que no,pense que a usted la gustaba más este tipo de comida ya que es la que nos pone cuando vamos a su casa, creí que con esto era suficiente.
-Pero en esta casa soléis comer muy bien...
-Ya, pero me quiero adaptar a mis invitados y lo mismo es mejor comer poquito como hace usted.
La Zorra asintió.Era lista la Señora Osa...Ese día la hizo reflexionar.Quizá era verdad lo que decían algunos animales, que se había vuelto avara y roñosa, algo que ella se había negado a ver.
Nada más llegar a casa se preparó un bocadillo pues se había quedado con hambre y tras mucho pensar se dijo que tenía que cambiar.
-No es bueno esto.Acumular tanta comida no sirve para nada. Al final se pudre y tengo que tirarla y para colmo la gente me mira mal,y con razón pues me he aprovechado de todos.
Hay que tener cuidado si te pica el aguijón de la avaricia,le vueve a uno arisco, le cierra el corazón,ya sólo se piensa en tener llena la despensa aunque no se tenga a nadie con quién compartirla.Estemos atentos y quitemos ese mal de raíz.
Así lo hizo.Al día siguiente invitó a la Señora Osa a comer;preparó una buena ensalada, crema de calabaza, un pastél de verduras, nueces, avellanas y una tarta con arándanos y miel.la preferida de la Señora Osa.
Está cuándo vio aquella mesa preguntó que había pasado para que tirara la casa por la ventana.
-Queria darle las gracias por la lección que me dió ayer y enseñarle como me he dado cuenta.
-Me alegro mucho, pero se ha pasado un poco,aquí hay comida para un regimiento.
-Llame al Señor Oso y a los Oseznos, que hay comida para todos. La Señora Osa fue a buscarlos; por el camino se encontró con el Señor Zorro y también le invitó.
Sabía que andaba detrás de Doña Zorra, pero conociendo sus tendencias tenía miedo a que su vida con ellla transcurriese con hambre en el estómago y con el alma encogida.
-Venga usted, nuestra amiga ha cambiado, ya verá cuanta comida nos ha preparado.
Todos se sentaron a la mesa y está se lleno de risas. Todo estaba muy rico y los invitados la felicitaron.Al terminar la tarde volvieron a su casa contentos y con la tripa llena. El Señor Zorro se quedó un poco más y entablaron una buena conversación. |