El terror haciende por mis pantorrillas Y anida en mi pecho Se palidece el rostro del hombre que enfrento Nos miramos a lo ojos del miedo El corazón cabalga Sobre un caballo de fuego La respiración se entrecorta Domina el mareo Mi adversario es viejo y decrepito Lo veo temblar abrazado al silencio Se que teme a la soledad Y más aun al reencuentro La última vez que nos vimos Logre derrotarlo con un gesto Se que desde siempre me persigue Escudado en un espejo.
Texto agregado el 26-10-2010, y leído por 213 visitantes. (2 votos)