Inicio / Cuenteros Locales / rocayosa / La clave Morze.
Quedaron encerrados, atrapados entre escombros, solo queda una manera de comunicarse y esa es golpeando un caño de agua.
Y comenzaron dando un golpe de un lado y otro del otro, hasta que en un momento se detuvieron pudiendo comprobar que provienen de una fuente de inteligencia.
Después volvieron a comenzar, pero en esta oportunidad, unos golpean una sola vez y del otro lado dos veces.
Pero también se sumaron muchos redobles que representan la alegría existente por el hallazgo.
Pero como la distancia es irremediable retomamos el diálogo insertando ritmos que ofrecen aliento, y del otro lado un repiquetear monótono que significa desesperación.
Aunque con el tiempo pudimos utilizar el idioma de los mensajes de texto del celular, ya sea determinando el número de la tecla, más luego la cantidad de veces que hay que pulsar para escribir una determinada letra. Cada número del teclado se determina por su número igual, además con un ritmo determinado que es para saber de lo que se está hablando, y luego el número de la tecla que lleva incorporado un conjunto de tres letras con golpes más suaves.
Así es que en algunos pocos días estamos logrando poder conversar de casi todos los problemas que existen.
Pero finalmente la fatalidad indica que tenemos nulas posibilidades de poder rescatarlos, siendo en este punto crucial donde se incorpora la mentira; ya que al mínimo movimiento el resto de la mampostería los ha de aplastar sin remedios.
Estamos cavando un pequeño boquete, suavemente con las manos, pero a este paso lento, seguro han de morir de hambre y de sed antes que lleguemos.
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Texto agregado el 24-10-2010, y leído por 127
visitantes. (0 votos)
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Lectores Opinan |
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24-10-2010 |
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¿qué hubiese sido mejor, morir sin comunicarse, o morir comunicándose? fafner |
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24-10-2010 |
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Terrible. Me ha gustado el relato. filiberto |
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