El hada de los colores
Había una vez un hermoso lugar, muy cerquita, pero tan escondido que sólo podía verse con los ojos para leer cuentos.
En ése lugar había un jardín lleno de flores blancas, arroyitos y árboles repletos de pájaros blancos, todo era blanco.
Una noche una niña muy bonita, llamada Sofía se quedó dormida mientras su mamá le leía, pero sus ojitos para leer cuentos no querían descansar y seguían trabajando por lo que Sofi esa noche soñó.
En el sueño apareció ese lugar tan bonito y tan blanco y también aparecieron, traídos de otro cuento, una mariposa y un colibrí.
El colibrí, siempre inquieto, se dio cuenta que en ese lugar faltaba la colorida alegría. Se acercó y le susurró al oído:
__¡niña, este lugar necesita un hada, como la que hay en nuestra cascada!. Míranos, mi mariposa y yo nos posamos en aquellas flores y cada una nos regala un poquito de sus colores.
La niña despertó esa mañana pensando en los cuentos de hadas, pero su pequeño hermanito la distrajo y pronto se olvidó.
Al llegar la noche se durmió, pero el sueño despertó y esta vez el colibrí le dijo: __ ¡niña, recuerda, este lugar necesita un hada que con su sonrisa y su alegría lo llene de colores cada día!
La mariposa le dijo:__¡Sofi, ese hada puedes ser tu!
Sofi, que es una niña muy inteligente le contestó que no, que las hadas son de cuentos a lo que la mariposa le dijo: __en el mundo de los sueños las fantasías se hacen realidad, así que tú puedes ser lo que quieras y como este sueño es tuyo puedes si quieres ser el hada de colores.
Traje un par de alas de repuesto, dijo la mariposa, por si las quieres para volar con nosotros hasta el jardín de tu cuento.
Y allí fueron. Cuando llegaron, Sofía dijo: __ ¿que hada soy que no tengo varita? y se puso a buscar hasta encontrar una rama que en la punta tenía una gota de rocío que parecía un diamante
y con esa se quedó.
Y empezó a jugar entre las flores y cada cosa que tocaba se llenaba de colores y si la varita no alcanzaba con sus ojitos soñadores (los de leer cuentos) todo lo transformaba.
Desde entonces el lugar está lleno de alegría.
Y Sofi, la niña, sabe que hay un mundo de fantasías que se hacen realidad con los ojos de leer cuentos y con el corazón lleno de ganas de jugar.
Dedicado a las personas llenas de luz que sueñan con las Hadas.
Creo en las hadas que reparten sonrisas e iluminan el alma.
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