Tus ojos son un rio, mis ojos son un mar.


Tus ojos son cual rio veraniego,
Calmos, silentes;
Brindando paz y aliento
a quien descanse junto a ellos.

Tantos han deseado hundirse en tus aguas
Y hallar sosiego a su alma apenada,
Pero tu corriente es aun más bella
Porque jamás la surcan barcas ajenas.

Mas recuerdo que al mirarme…
Si, al mirarme tus ríos crecían
Y con caudal violento buscaban frenéticamente mis ríos
Arrasando mi cordura, y locura en su camino.

Dulce desesperación inundaba mis suspiros
Cuando podía ahogarme en ellos.
Y sentía, desde lo más hondo de tus orillas,
Que tu vertiente hubiera saciado por siempre mi sed.

Pero hoy nuestros ríos se separan,
Tomando caminos que el tiempo decidirá
Si los ha, o no, de volver a juntar.
Aunque hoy mis ríos, sin tus ríos,
Se han vuelto un mar.

NATSU