EL PIANISTA DE 1900
(Inspirada en la película The legend of 1900)

En 88 teclas se resuelve mi vida
Entre un navío,
Un trozo de madera levitando en el agua
Un ancla para sumergir los cardos
Trozos de marfil pronunciando una canción
Miles de rostros pasmados de admiración
Cuando los dedos a la velocidad del pensamiento se queman.
De puerto a puerto
Mar a mar
Costa a costa
Silban de nuevo las campañas invitando al descenso
Tranquila se resuelve mi vida en 88 teclas
Parteras de mi existencia.
Me han contado del otro mundo
Donde el suelo se hace firme
Los edificios de babel se adivinan al infinito
Y Rastros de verdores y colores se vislumbran.
Mientras las cuerdas me coqueteaban de día
Floreció una mujer
Su mirada sostenida e implacable se acercó
Danzaba en su sombra
Bailaba con el mar
Cada tiempo, cada silencio seducía mi forma
El serpentear de mis dedos hablaban un poco de mi
Aquel amor se huracanaba entre espesa agua salada
Se zambullía como ballena en azulejo
Las infernales campanas temblaron de nuevo
Con un aire vehemente en los labios invocó mi compañía
Con un vacio en el aire
Mis extremidades se negaron a tocar en un piano de teclas infinitas
Pasaron los años
Puerto a puerto
Mar a mar
Costa a costa.
Entre 88 teclas se presintieron susurros declarando mi muerte
La madera del barco se vencía por el moho, los pasos y los años
Mas mi vida atada a aquel barco
no conseguía zarpar.
Súplicas de partida parían un eco entre las tablas desolladas
Un acetato rodaba inmortalizando la danza de mis dedos
finalmente el ruido estridente de la muerte
me convidó a caminar en el fondo de la mar