LA PROFECÍA
La profecía se cumplió; un meteoro del tamaño de una ciudad impactó al Océano Pacifico, causando grandes estragos, las enormes olas inundaron y destruyeron todo a su paso, la civilización como la conocimos hasta ayer, se terminó: la tecnología, la electricidad y todas las comodidades del mundo moderno se acabaron, pareciera una broma cruel del destino. Apenas unos pocos sobrevivientes quedamos en esta montaña, fue una venturosa casualidad que hayamos sobrevivido. El barco en el que viajábamos de forma milagrosa no colapso, somos apenas unos cientos, no sé si haya más sobrevivientes en el resto del mundo, solo sé que en estos momentos extremos se conoce la naturaleza de las personas. Este grupo homogéneo se ha polarizado aun más, las personas que eran ricos en aquella realidad aun no entienden que hay que empezar de cero y el ego de su historia les sigue diciendo que son superiores, en cuanto a nosotros este grupo de “realistas” que hemos formado apenas cinco, somos los que estamos sepultando los cadáveres y viendo cómo organizarnos para sobrevivir, los otros casi el resto están apartados, se han vuelto locos por qué no soportan esta nueva realidad, pareciera ser que somos una muestra fehaciente de lo que era la humanidad: el grupo de “los realistas” las personas que se adaptan a las circunstancias casi de forma inmediata, los “perezosos” esos que siempre vivieron en su zona de confort, y los “privilegiados” que creen que son especiales.
Recolectamos yerbas y algunos frutos comestibles, algunos pequeños mamíferos, estamos retrocediendo al tiempo de las cavernas pero aun así, para mí es un experiencia maravillosa, es tiempo de replantear el futuro del mundo, todo pasa por algo y se nos ha dado una nueva oportunidad como especie para recomenzar , tengo la idea de escribir una reseña de cómo era el mundo para que las generaciones futuras conozcan y elijan el nuevo camino, espero que esta generación naciente este lleno de conciencia, solidaridad y hermanad y podamos construir un mundo mejor, sin egoísmos, sin maldad, tengo esperanza, pero veo con tristeza que el resto del grupo, entre los “perezosos” y los “privilegiados” no comparten mi visión y hasta la juzgan de locura, será complicado hacer la diferencia, pero creo que esta conciencia que tengo me da la obligación de intentarlo en este renacer de la civilización.
Hay algunas señales de esperanza, un hermoso arcoíris se ha plantado frente a nosotros en un maravilloso atardecer, esa conjunción de colores, el verdor del campo y un tarde impregnada de tintes hermosos colores sepia, algunas aves sobrevuelan y ese paisaje me parece una señal de tregua del mundo hacia nosotros, en el fondo de la ladera se avizoran 3 borregas pastando y parece nuevamente otra señal de esperanza: 2 borregas blancas y una negra como dejando de lado las diferencias y uniéndose en un mismo equipo, espero y deseo que en adelante los humanos hagamos lo mismo…
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