Un día una viejita caminando por la campo, se encontró a un pollito que apenas tenia plumas. Se lo llevo a casa con miedo a que muriera. Lo crió como a un hijo, lo alimentaba, lo bañaba y le ensañaba a mover sus alas para poder caminar fuerte, pero ella también aprendía a como se debe enseñar a alguien que no se conoce nada, a improvisar para mejorar. El pollo creció y creció, hasta convertirse en uno de los gallos más fuertes de todo el campo, pero por alguna razón aquel gallo admirados por todos y por sobre todo por la tierna viejita, no podía cantar. Por más que el quería no lo lograba hacer. Un día la viejita, que sabia que su muerte venia en camino se le acerco al pollo, y le hablo como si le entendiera..
-Mira pollito, para mi siempre seras un pollito, tu cantaras cuando logres volar.
Por el misterioso universo, aquel fuerte gallo logro entender el mensaje, y se subió al techo de la gallinera, aún sabiendo que el no podía volar, pero sus deseos de cantar eran más fuertes que su miedo a estrellarse contra el suelo. El pollo cerrando los ojos se lanzo! y fue a dar directamente al piso!!!....
Rápidamente se paro adolorido, y fue corriendo a la cocina donde la viejita miraba al gallo. Con cara de angustía el gallo miro a la viejita y ella respondio:
-Tu sabias que no podías volar, pero aún así lo intentaste. Te haz arriesgado a cantar y ser feliz?.......
D.G
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