Una luciérnaga sonámbula.

Me encuentro en la misma carretera la cual atravesé hace algunos días, voy con mi alma en paz y no veo la hora de estar nuevamente a tu lado, tuve que recorrer más de 500 Km para comprender por qué me sentía así, pero todo valió la pena.

Estaciono cerca de un puesto de comida que encontré en la carretera, el cielo esta nublado, pero la llanura que se ve a la distancia promete un sol intenso en las próximas horas, por lo tanto entro al establecimiento y veo lo que vi hace algunos días: diferentes rostros, mismas situaciones, se siente casi familiar desde la última vez que entré a uno de estos establecimientos.

Decido sentarme en la barra y ordeno mi chocolate caliente, cuando de repente veo a un señor, yo calculo entre 50 y 55 años, que pide un vaso de leche y se sienta en la barra a mi lado, me mira y dice, como cualquier persona que busca tener una conversación:

- joven, buena tarde, ¿que lo trae por acá?
- Pues cosas de la vida, ya hacia un buen rato que no viajaba y me encuentro dirigiéndome hacia mi hogar otra vez, ya solo me faltan 460 Km (le dije en tono de broma)
- Bastante interesante que alguien tan joven como Ud. le guste viajar tantos kilómetros fuera de casa, los jóvenes de ahora solo les interesa quedarse en sus propias ciudades sabiendo que hay todo un paisaje que los espera

Medito un poco la respuesta, pues la verdad no conozco a nadie que viaje tanto sin un motivo físicamente valido, sigo con la conversación, le digo:

- He estado desorientado últimamente, y creí que un viaje como estos despejaría todas mis dudas y sanaría algunas heridas
- ¿Del corazón?
- ¿Cómo sabe Ud.?
- Ha ha ha, Dios santo, no pensé que fuera a encontrar a un joven como Ud. Veras, yo también solía viajar por las llanuras de este territorio, cuando me sentía mal del corazón, hasta que me entere de la historia de la luciérnaga sonámbula, ¿te han contado esa historia?

Quede bastante asombrado después de escuchar lo que ese señor dijo, al principio creí que era cualquier psicópata de carretera, pero debido a la gran coincidencia, enmudezco unos segundos y lo único que pude decir debido a la curiosidad fue:

- Sería interesante escuchar la historia, ¿de qué trata?
- Es una historia interesante aunque muy corta….

El señor se acomoda en la barra para contarme la historia por la cual me siento intrigado, mientras bebo mi chocolate el señor empieza a narrar:

- Los problemas del corazón no son ajenos para muchas personas, desde los tiempos antiguos se habla de eso, muchas personas solían divagar por el bosque, tan heridos que deseaban morir por cualquier criatura que se encontrasen, pero por alguna extraña razón se encontraban una criatura que les salvaba la vida, todos describen a esa criatura como una luciérnaga, solo se encuentra de noche y curiosamente no suele encontrarse despierta, debido a su peculiar vuelo.
Se dice que no importa cuánto nos sintamos agobiados por aquellas personas egoístas que solo se dedican a herir a las personas que las quieren, siempre hay una luciérnaga que cuida de nuestros corazones cuando más lo necesitamos, y nos aleja del peligro, yo solía viajar hasta que la encontré y me salvo de perecer en el camino.

El señor mira su reloj y mientras se bebe su vaso de leche de un solo sorbo, me dice:

- No se preocupe, si Ud. Tiene un corazón con buena voluntad, la luciérnaga lo salvara de cualquier peligro, que tenga un buen día joven.
- Igual a usted, señor.

De alguna forma me sentí más calmado cuando escuche esa historia, cuando termino mi chocolate decido volver a casa.

Son las 9 PM, decido viajar cuando en la vía en la cual voy, va otro motociclista en el mismo sentido y la misma velocidad, se adelanta un poco y por distracción decido seguirle el paso, cuando unos metros más adelante mi moto se empieza a quedar, y de pronto frené bruscamente, cuando el otro motociclista siguió, se resbalo y cayo estrepitosamente, mi pobre visión observaba un trozo de hielo negro en el asfalto, advirtiendo un peligro oculto en la oscuridad de la noche, decido llamar a emergencias de carretera desde mi celular, y cuando decido proceder con cuidado sobre la carretera, decido frenar hasta que llegaran los paramédicos.

Después de que los médicos de carretera llegaran, decido poner mi moto en marcha, pero un momento antes decido revisar mi maletín, y para sorpresa mía, una luciérnaga se había posado sobre él, cuando la miro más de cerca esta decide emprender su vuelo característico, lo único que se me ocurrió fue decir: “gracias”, y decido ponerme otra vez en marcha, sorprendido por las situaciones que se presentaron, esa extraña coincidencia de que una luciérnaga me haya salvado la vida, pero sobre todo, ahora se, gracias a ese señor que me encontré, de que debía seguir con vida ya que mi corazón sigue teniendo intenciones puras y amor verdadero, un motivo más por el cual quiero llegar a casa y ver a la persona que más quiero.