Caminé descalzo por valles de viles sombras, con la carga del tamaño de los males de toda una vida, al andar ampollas surgían en mis manos, llagas, cortes y moretones en mi cuerpo, la sangre brota, el aroma incendia mis sentidos, el apetito es insaciable, la luz cegadora y el valle rellena sus sombras de figuras macabras, rodeándome , hostigándome y arrancando de mí los suspiros que mi alma exhala, los brazos duelen, la carga se vuelve cada vez más pesada, mis rodillas tiemblan, mis labios palpitan, la sangre se enfría, como así también lo hace el deseo, como así también los sueños, se apagan y retornan danzantes muy lejos de mí, a su nido.

Las alas han dejado de batirse, los vientos callaron su silbido, las luces de mi casa decidieron no dejarme, y en mi pecho anida un oscuro presagio, me tortura y estrangula mientras susurra en mi oído que todo colapsara esta noche, que las alas fatigadas no alzaran jamás el vuelo, que los vientos ya no soplan, pues en silencio decidieron marcharse, mientras estas luces brillan con la intensidad de las estrellas en mis ojos y queman la carne del cascaron vacío de mi alma.

De lejos una mirada nocturna, observa impaciente como el oscuro deseo poco a poco se evapora en finos colores violetas, en súbitos suicidios y la estela de bondad se alza, purificando aquellas alas caídas, se alza como el bramido de un guerrero, como la luz cuando carcome despacio los estragos de las sombras.

Redención al fin, la fina fibra del destino me ha dado una salida, arrojó a mis pies alas de plata en un camino de seda y mientras me acercaba con una duda descomunal, una mano de luz la alcanzó y acabó finalmente con aquella última esperanza.

Camino por valles de viles sombras, alimentando con mi sangre a famélicos demonios y al andar, una luz acogedora alumbra mi laberinto paso a paso y la carga de todos los males de mi creación, simplemente se aligera y puedo elevarme otra vez, escuchar el sonido de este abrasador viento y los deseos ahora, ya no son más que las huellas mentales de un ser resignado a su nuevo mundo, que ahora solo puede contradecir su esencia y que está destinado a amar y ser amado por un ángel y volar para siempre sin alas, sin viento y sin luces propias, desde su infierno.

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