Pretendo ser breve con estas palabras… con esta historia. A veces siento que no cuento las historias muy detalladamente… y que mis historias se vuelven cortas y superfluas, muy insípidas. Otras veces son largas y tediosas, rodeando un tema una y otra vez hasta provocar asco y aburrimiento en el lector.
Pero el tema de esta historia no es este… ni siquiera es de mi de quien voy a hablar… es de un tipo que conocí. No recuerdo el nombre… es que la verdad no lo conocí… lo ubicaba. Es como esas personas de las que te hablan y cuando te preguntan de ellos tu dices que si los conoces, pero en realidad no es así, es mas bien que te han hablado tanto de ellos y los has visto tanto a la pasada que dices que si los conoces, pero nunca si quiera los has saludado.
El punto es que este tipo… joven en realidad, se sentía muy vacío. Vagaba como un alma de carne en este mundo. Estudiaba, salía, iba a una iglesia, conocía gente, reía, comía, se enojaba, peleaba, tenía novia, lloraba, etc.
A pesar de que su vida era relativamente buena, nunca se sintió completo perfectamente. (Esas típicas crisis existenciales que les vienen a todos a veces).
Como cualquiera, intentó llenar ese vacío que abarcaba más del setenta y cinco por ciento de su alma con diferentes cosas. No con lo que la mayoría de la gente hubiera escogido en primera instancia… no las típicas desbandadas con el alcohol, o las voladeras con drogas, ni siquiera intentó la búsqueda insaciable de placer en el sexo desenfrenado, y el afán por el dinero nunca entró en sus posibilidades. Siempre buscó llenar aquel vacío con las cosas ‘’correctas’’.
Intentó conocer a Dios, pero no lo consiguió (no creo que de verdad lo haya intentado, porque no me explico como no lo consiguió). Se supone que vivió como ‘’corresponde’’, y que buscó a Dios como loco. Nada, cero resultados.
Estudió hasta que la cabeza se le hizo pequeña para tanto conocimiento. Inútil
Amó a cada ser viviente en el universo. Al punto en que se sentía mal al saber que las bacterias morían cuando consumía algún remedio.
Así con un sin fin de cosas intentó vivir con un sentido.
Un día cualquiera, sobre su cama, mirando el techo comenzó a imaginarse que era feliz. Imaginó su vida ‘’perfecta’’, con todo lo que conlleva esto. Se imaginó ‘’perfecto’’, con sus amigos ‘’perfectos’’, novia ‘’perfecta’’, dios ‘’perfecto’’, conocimientos ‘’perfectos’’, todo ‘’perfecto’’.
Luego pasó a vivir mas tiempo en sus sueños que en la ‘’realidad’’. Creó un mundo tan ‘’perfecto’’ que en aquella dimensión su persona había llenado aquel vacío en su alma.
Pasaba horas imaginando su vida… hasta que empezó a desaparecer… se volvía invisible gradualmente, hasta que un día simplemente dejó de existir. Su mente, su alma se había trasladado a la dimensión que había creado en reemplazo a el mundo ‘’real’’ que no era suficiente para llenar sus vacíos existenciales. Nadie lo extrañó ni preguntó por el. A nadie le importaba mucho en realidad… hasta lo olvidaron ya que no era de mucha utilidad tampoco para el mundo real. En cambio en su fantasía había logrado grandes cosas.
Del resto de los detalles no conozco mucho tampoco… solo se que al final, en aquel mundo de fantasía, en aquella utopía que el mismo había creado comenzó a sentirse igual de vacío. Era todo tan bueno que comenzó a extrañar los sentimientos de tristeza, de dolor, de que debía lograr algo.
Buscó estos sentimientos… pero no lo logró nunca… así que su vida volvió a estar vacía y comenzó a crear otros mundos menos perfectos.