Tan pronto tuve fuerzas para seguir me levante de la litera y me vestí con mis ropajes los cuales mas bien debería llamarlos harapos, incluyendo mi vieja y ya siendo devorada por el oxido cota de mallas, empaque mi hacha y mis implementos de combate, mis botas de oso y observe por la ventana para localizar a mi fiel amigo saeta no lo vi y me inquiete un poco en eso entro aquella mujer que me había atendido….

- señor por lo que veo ya se siente mejor pero por favor beba este brebaje que le ayudara a recuperar sus fuerzas.

Tome aquel brebaje y lo tome y luego pregunte por mi caballo

- donde se encuentra saeta, es mi caballo no lo veo por los alrededores-
- se encuentra en unos establos al final del pueblo gracias al cielo el dueño me permitió guarecer ahí el caballo sin cobrarme nada – me respondió con una sonrisa en sus labios
- disculpa señorita he estado aquí por mucho tiempo y no se tu nombre- le dije
- oh!! perdona mi falta de cortesía mi nombre es Frey, Frey wolffing – dijo ella inclinándose
- No tienes que inclinarte señorita quien lo debería hacer soy yo – le dije mientras hacia una reverencia a ella
- No deberías hacer eso las mujeres jamás debemos hacer que un hombre tenga tal aptitud – dijo dándome la espalda apenada –
- Tu no me has obligado a nada lo hago por que creo que lo mereces – apunte
- No eres como los demás hombres, groseros he irrespetuosos – me dijo con su bella sonrisa de nuevo

Le di las gracias y decidí partir fui por saeta, lo monte y pase por la casa de la mujer me despedí de ella y le prometí que volvería a visitarla, solo que las circunstancias en que la visitaría no seria muy agradable….