Cuando te atreves a contactar el mar
aprendes sus misterios no develados.
Las caracolas vibran en longitudes de onda
jamás alcanzadas y los peces te comunican
el futuro aún indefinido pero anhelado.
Cesan las dudas bajo la influencia indubitada
de los coros ya guardados en su interior
que te conmueven y concientizan de tu regreso
a la inocencia requerida y finalmente concebida.
Esa , la del ser poeta, pues sólo él la posée.
Texto agregado el 15-10-2010, y leído por 204
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