Gracias a la globalización y al boom de los medios comunicacionales, los jóvenes hemos tomado gradualmente mayor importancia ante la sociedad como grupo etario que tiene una dinámica y necesidades distintas de las que anteriormente se pensaba. La consideración de este grupo es de especial importancia ya que es en este periodo en donde un individuo comienza su inserción dentro de la sociedad.

El rápido cambio que ha sufrido la juventud a través de este último tiempo nos lleva a realizar, cada vez con mayor frecuencia y profundización, un examen exhaustivo de cómo y porqué esta juventud ha ido transformándose en una entidad con actitudes, ideas, posibilidades, valores y jerga propios. En otras palabras, se busca hacer un análisis de cómo el contexto sociocultural ayuda e influye en los procesos de búsqueda de identidad en la etapa de juvenil.

En esta ocasión, enfocaré la reflexión en lo que es propiamente jerga juvenil, por ser la principal característica que diferencia a la juventud de otros grupos etarios y además por ser la herramienta más importante por la cual los jóvenes nos damos a entender.

Lo primero que pienso tomar en cuenta es que el desarrollo de una jerga cualquiera en los jóvenes no es algo que suceda porque sí: ocurre en un periodo en el cual el joven quiere comenzar a independizarse del grupo adulto y en el cual busca identificarse con sus pares, por lo tanto, no hay razón por la cual asustarse u ofenderse si de un día para otro sorprende a su hijo, sobrino, primo o conocido que usted todavía considere como infante, utilizando de forma “inapropiada” e incluso “vulgar” el lenguaje. Descuide, no es su culpa. En Chile este fenómeno comienza alrededor de los diez u once años. Palabras como bacán, al tiro, mateo, mala pata e incluso weón pueden llegar a ser sólidas opciones a la hora de expresarse.

Otro aspecto que es fundamental para el entendimiento de la jerga juvenil es el sector geográfico. Por la peculiar geografía con la que cuenta Chile (Océano Pacífico, la cordillera de los Andes y la Antártica como las más importantes) es lícito pensar que nuestra lengua nativa, al pasar los años, tienda más a deformarse. Y si pensamos además, que la juventud siempre va a tender a diferenciarse del resto de la sociedad, en unos años más tendremos no sólo el “chileno” como lengua oficial en vez de español, sino también tendríamos algo así como un chileno-infantil, un chileno-juvenil y un chileno-adulto. Pero sólo ello no nos ayudaría a percatar claramente lo que es chileno de lo que no. El factor geográfico no sólo se extiende a lo que son las palabras, también puedo agregar todos los elementos propios de lo no verbal como la forma de estar de pie, el tipo de peinado, la entonación, los vicios lingüísticos, etc. Es precisamente en el momento en que juntamos estos elementos verbales y no verbales en donde la identidad juvenil chilena cobra forma y sentido.

El tercer aspecto más importante a considerar es el nivel cultural juvenil o más bien la manera en que la cultura es percibida por nosotros. Los medios de comunicación son actualmente un importante referente cultural para nuestra juventud. Objetos como la televisión, el computador o el celular nos permiten dar rápidamente con una información en específico, comunicarnos con personas al otro extremo del planeta y enterarnos de los últimos acontecimientos que afectan y afectarán a nuestro entorno. Todo ello en cuestión de minutos.

Es en este punto en donde entra en juego el factor socioeconómico. En Chile, la jerga no sólo es capaz de revelar a qué grupo etario pertenece tal o cual persona, incluso si nos limitamos a las palabras y dejamos a un lado características como el peinado y la manera de vestir: es capaz de revelar incluso el ingreso mensual, los lugares que frecuentas, de qué colegio has egresado e incluso la comuna en la cual vives (Obviamente el destino de un joven promedio que vive en Puente Alto nos es lo mismo que el destino del joven promedio que vive en Las Condes y, por lógica, este mismo joven de Las Condes no verá tantas horas de televisión como el joven que vive en Puente Alto)

Finalmente, el último factor determinante con respecto al desarrollo de la jerga es el ingreso a la vida laboral, puesto que es el comienzo del término de la etapa juvenil. Este factor igualmente influenciado por lo socioeconómico, debido a que el futuro laboral está intrínsecamente ligado al nivel educacional al cual el joven ha logrado acceder. En el periodo en que ingresamos al mundo laboral es también el periodo en el cual terminamos de ser normalizados para así poder ingresar correctamente en sociedad. El joven se ve obligado a cambiar drásticamente la forma en la cual se expresa, se viste e incluso a veces cambiar los círculos que frecuenta para así, en algún futuro no tan lejano, obtener tal vez un trabajo estable capaz de mantener a la familia que creará.

Dentro de nada comenzarán a ser parte del mundo adulto y se dará cuenta que pasó toda su juventud hablando estupideces…