Despierto desorientado dando tres pasos hacia el porvenir de la muerte, hacia el olvido del futuro por el triangulo caduco que sostiene la piel del pasado sobre los dientes mordidos del absurdo presente.
Paso uno, cateto opuesto: Aviones que nadan a contracorriente chocándose entre sí en la pista de la maquinas hambrientas; yo me desquicio en los cables de tu realidad, acabo sin pena ni gloria en un cuarto oscuro aislado bajo el exilio, babeando semen por mis ojos desorbitados, que contemplan una lluvia de animales cibernéticos y humanoides almacenados en un extraño comando de múltiplos residuales.
El triste triangulo se hunde con el desbordado peso que carga este costado, que lo rebosa de basura y confusa confusión.
Despierto desorientado dando tres pasos hacia el olvido de la muerte, hacia el porvenir del futuro por el triangulo caduco que sostiene la piel del presente sobre los dientes mordidos del desdibujado pasado.
Paso dos cateto adyacente: barcos que se hundieron, dioses que murieron, fetos vomitados, rifles abaleados, yo soy el reflejo del espejo en el abismo, los carroñeros hambrientos que mendigan las sobras de las cucarachas del salón bajo el pedestal de blindaje, la añoranza de las crianzas muertas, la negación de la madre de pantalla, de ceno cristalizado, con conservantes, cenizas y polietileno, lacrimógenos sentimientos de infancias en tardes de plastilina en el callejón de los pigmeos, recuerdos humillados, en la bicromía alma del ahogo, blasfemias angelicales del abecedario aprendido, asquerosa tabla de razón que suprimían mi imaginación, bastimento de rejas que ahogaba mis manos y destruía mis torres de arena en mis babilonias de cuatro paredes, de piojos en multitudes exacerbadas , de garrapatas que arden en una lata repleta de gas oíl, de carros sin ruedas que viajaban en las vías de un perro espacial.
Pasado adyacente, triangulo inerte que dejo huellas exponenciales en las encías del infinito.
Despierto desorientado dando tres pasos hacia el final incierto del nacer y el principio seguro del morir, los triángulos caducos que se ahogaron en la piel del pasado, que ahora se lamentan en los dientes mordidos del presente y miran con desilusión la espalda marcada del no venidero futuro.
Paso tres, hipotenusa: la parte más larga o las más corta quizás, si acabo con esto ahora lo seria, dejar correr mi sangre o que una tormenta de toxicas sustancias la consuma, tienes sustos mi pequeño triangulo, tranquilo que no te voy a deformar más de lo que lo ha hecho esta suciedad, ¿Arrugare los istmos del tiempo sobre mi cuerpo o me escapare de este temor?, no lo sé pero mientras tanto fornicare con las vírgenes corrompidas de las bellas familias, me orinare sobre la mesa de su egoísmo abundante, y escribiré en la cornisa del cielo el nombre del azar, los garabatos del escándalo y las malaventuras del destino, mira los cuerpos sin vida sobre las piedras caminantes, las flores en el desierto sedientas de vino y besos que beben del vinagre que destilan las brujas que habitan en las hojas del olivo, el mecánico jugo de los metales fundidos en una tarde de luna llena anidando una bicicleta de papel a las sumas y restas del inconsciente producto de mis sin razón triangular, o la locura cuadrática de mis acordes mal pensados en el pentagrama sin fondo de mis malas operaciones lógicas.
Cateto opuesto al cuadrado mas cateto adyacente al cuadrado no es igual a la hipotenusa cuadrática de mi deformado triangulo de irracional afecto.