Adios inocencia.
Adios ignorancia.
Adios final feliz.
Hasta nunca inmortalidad.
Adios comodidad adormecedora.
Adios cobijo maternal.
Hasta nunca “todo va a estar bien”.
Prefiero percibir lo que está mal.
Nos vemos la próxima optimismo idiota,
sé que por ahí siempre andará.
¿Cómo le va cobardía?
Espero nunca volverla a cruzar.
Entérese usted, señora vida,
que de mi parte no es bienvenida,
pero que sin embargo he decidido
respetarla, abrazarla, tolerarla,
y hasta intentar la actitud
de cambiar en esencia su alma.
Texto agregado el 13-10-2010, y leído por 116
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