Inicio / Cuenteros Locales / enrico / La página en blanco
Ferreira no estaba tranquilo aquella mañana esperando el veredicto. Lo que definitivamente lo golpeó fue ver la página totalmente en blanco, vacía. Hubiera preferido otra cosa, cualquier cosa, pero algo. Vaciló unos momentos, su mente igual que la página, en un resplandeciente blanco, insoportablemente desesperanzador. Y comenzó a llover. Diluviaba. Todas las noches, sin falta.
Los días siguientes -fueron siglos- un extraño dolor revolvía sus entrañas, sus costillas se retraían como surcándole el alma. Esa era la sensación. La falta de apetito se convirtió en su inseparable compañera, ya le resultaba un verdadero sacrificio probar bocado. El sueño demoraba en llegar y se iba muy temprano. Sus penurias comenzaban paulatinamente a dejar rastros en su cuerpo.
Atravesando un invierno sin precedentes intentaba distraerse en cualquier ocupación. Había cambiado drásticamente sus percepciones aquella experiencia y detenerse a pensar demasiado en lo sucedido no le hacía nada bien. Poco a poco comenzaba a recuperar algún entusiasmo por algo.
Así es como se obsesionó con algunos textos sobre el infinito: una de las tantas paradojas de Xenón de Elea, la idea de Borges de todos los libros posibles y así todas las historias posibles. El infinito, lo interminable, lo inimaginablemente perpetuo. Encontró su anticipado fin cuando descubrió que existía en sí un sentimiento con esas características: su tristeza. |
Texto agregado el 13-10-2010, y leído por 136
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Lectores Opinan |
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13-10-2010 |
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me gustó, está bien extructurado y tiene ritmo,felicidades**** senoraosa |
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