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descubierto mi vida... era tan bella, como los ojos del amor... estuve sentado por horas esperando su llegada y vino a mí, sin saber por dónde llegaba... era mas pequeño que yo, tendría como veinte años, y sus manos estaban llenas de flores: son para ti... las recibí y luego supe que él era yo... así que entregué todas mis procesiones a mis amigos y familiares y con pocas cosas bajo las manos, le seguí por todas partes... me mostró lugares por donde había caminando, me enseñó a escucharme, me hablaba con el solo pensamiento y el corazón... pasaron los años y extrañamente él empezó a envejecer, mientras yo rejuvenecía mas y mas hasta verme tal cual él se veía como la primera vez en que nos encontramos... una señora se nos acercó mientras cenábamos en un viejo restaurante. soy vuestra madre, nos dijo. nos alegramos y luego de abrazarla, nos la llevamos a nuestra casita que estaba en un rincón de la vieja ciudad... le dimos nuestra cama y cuando estábamos por dormir, ella nos dijo que fuéramos a otro lado pues debía usar nuestra casa para llevar a sus otros hijos... ¿cuántos hijos tienes?, le pregunté. nos dijo que catorce, y un esposo, con cinco perros y dos gatos... nos miramos y luego de coger nuestros bártulos, salimos a la calle, no sin antes pedir la bendición a nuestra madre... aún estaba por amanecer. la gente aún no salía a las calles y los perros dormitaban o paseaban en busca de alimento por los basurales... necesitamos otra casita, me dijo... caminamos y caminamos hasta llegar al cementerio. ¿te gusta?, me dijo. está bien, por un tiempo, respondí... entramos y buscamos un espacio para formar un cuarto... ya en el fondo del campo santo, encontramos un cuarto. entramos y encontramos a dos niños, muy pequeños y hermosos... nos miraron y dijeron: ¡por fin!... íbamos a preguntarles cualquier cosas, pero no hubo tiempo... ellos salieron volando por la puerta... colocamos nuestras cosas por uno y otro lugar, y cuando deseamos salir, nos dimos cuenta que no existía puerta, ni ventanas... nos miramos y luego de quedarnos callados por varios minutos, supe que debía hacer algo... le miré y noté que envejecía mas y mas... miré mis manos y las vi tiernas... todo está mal, pensé... vi un reloj que, extrañamente, daba vueltas en sentido anti-horario... noté que había una caja en el centro del cuarto. la abrí y vi que había comida... nos saciamos de ella, luego, me puse a dormir y noté que mi yo estaba mirando el techo de aquel cuarto... ¿sueñas?, le pregunté. no, respondió... cerré los ojos y dormí... al día siguiente estaba solo, mi otro yo se había esfumando... ¡¿dónde estás?!, grité... escuché sonrisas de él y luego, percibí un sonido, una voz, un silencio que brotaba por todas partes de aquel cuarto, diciendo: estoy en todas partes, hasta en tus sueños... me alegré y supe que pronto despertaría y volvería a ver a mi propio ser... cerré los ojos y dormí. en aquel sueño estaba en el mismo cuarto, solo, pero, percibía presencias por cada punto del espacio que me rodeaba, y cada punto, lo noté, respiraba como yo... no quise saber mas y abrí los ojos... estaba en mi casa, sentado frente a una máquina de escribir, terminando un lindo poema... lo sabía, cada letra respiraba, como mi propia vida...

Texto agregado el 12-10-2010, y leído por 186 visitantes. (0 votos)


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