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Depredar cibernético IX

Ese fin de semana tuve la oportunidad de ir a verla, era casi “tiro seguro” por alguna razón no lo hice, el cansancio físico emocional, no lo sé solo sé que ese fue el principio del fin, cada vez nos encontramos menos y un día ella me elimino del Messenger, y a pesar de todo no me dolió ni siquiera mi ego estaba dañado había llegado a tal grado de manejo del desapego emocional, que simplemente la deje, ir había por ahí adentro de mi un pequeño murmullo de lamento pero ni siquiera era tan fuerte para enviarle un mail reclamándole porque me había borrado, tal vez en ella dentro de ella también hubo una voz que le advirtió el peligro de mi presencia y como buena gacela se dio a la fuga.

Nayi fue un oasis en mi camino, refrescante, arrebatadora, pero nada de particular, si acaso más de lo mismo, demasiado común para mi gusto y, a pesar de que daba visos de madurez en realidad era igual, en momentos obsesiva y controladora nada que lamentar, si acaso tal vez un volcán de pasión o un huracán en pleno epicentro a la hora del romance, pero eso nunca lo supe por que no hubo acercamiento físico. “cuando te toca aunque te quites, cuando no te toca aunque te pongas”

¿Les conté de Lore? La conocí en un pagina que recién incursione, una página nueva representa: retos, novedad, aventura al fin y al cabo la adicción a la novedad es el objetivo, beber de la aventura hasta reventar en eso consiste el depredar, digámoslo así: una página nueva es un nuevo mundo donde depredar y devorar unas cuantas presas, es explorar otros terrenos.

Fue casi inmediato, intercambiamos correos y coincidió que yo estaba en la ciudad de donde era ella cuando nos conocimos, así que el camino se acortó y al día siguiente heme ahí parado con el nervio normal del matador de toros ante la faena repetida por enésima vez. Para mi sorpresa una mujer hermosa: blanca de sonrisa natural, rostro agraciado y unos hermosos risos que caían naturalmente sobre sus hombros, alrededor de los 30 años, aquello fue vertiginoso, fuimos a cenar, bebimos, y después nos unimos en la más pasional y extensa noche de sexo lujurioso. Me quede con ganas de más, aunque en el fondo ya me estaba despidiendo, pero solo lo haría hasta quedar saciado de aquello

Texto agregado el 12-10-2010, y leído por 126 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
10-11-2010 Muy bueno pintado el personaje,un verdadero exponente de la naturaleza del depredador.En realidad siempre logra su objetivo aunque alguna que otra presa logre escapar****** shosha
 
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