Un día el desierto más seco de la tierra,
decidió tragarse a 33 hombres más duros que la roca.

Y luchando por mantenerlos en su estómago profundo,
ha sido acosado por el hombre y su enorme ingeniería.

Se trajeron maquinarias que vinieron de todo el mundo, a perforar esta roca dura como acero.
Lo que no sabía era que luchaba con un alma de Minero.

Ingenua cordillera que has escondido a nuestros hombres. Te los quitarán por que no te pertenecen.
Porque no nos vencen ni lluvias ni tampoco terremotos.
¿Será una montaña capaz de doblegar nuestras voluntades?
Lo sabrá el final de esta historia épica.

Que Ulises se sorprenda, que Alejandro Magno se siente a observar nuestra fortaleza.
Napoleón debe haber sintonizado también nuestros canales.
Ni Hitler ni Tampoco Stalin se lo perderían.

De seguro Neruda y Mistral nos enorgullecerían con sus líneas a propósito de esta gran historia.

Huidobro dibujaría en letras lo que hemos vivido los chilenos. Porque la hazaña está que se termina.

Se podrán contar muchas más de 33 historias, quizás serán millones. Lo importante será quitarle al Atacama nuestra gente.

Que todo el mundo vea este desenlace. Ha sido un enorme despliegue de llantos y de abrazos. La recompensa no tiene precio ni en oro ni quizás en todo nuestro cobre.

Una vez más podemos decir que lo hemos logrado como nuestro lema, poniendo todo lo que tenemos para ir hacia adelante. Una vez más se está llegando al triunfo "Por la Razón o la Fuerza" que, para siempre, nos caracteriza.

El Coronel