Transita el hombre su rutina
escapándose de su mediocridad
haciéndose un poco noche
saliendo de su escaparate,
sintiendo el silencio latir conmovido.

Transcurren días, años de esperas
que se disuelven en el polvo,
se disgrega su fe en un mar de dudas,
no acierta a ver más allá de su entorno,
no advierte la soledad rodeándolo
como una cadena imperceptible

Una nube gris dispara desazón,
envolviendo la claridad de andrajos,
es lo que ojos y más ojos distinguen
dentro del círculo donde escapar no es fácil.
Allí se muerde la incredulidad y se deforma
el sentir, allí se mueren las estrellas.


MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.