Olivia Newton John me chupó un huevo anoche, reproche, de broche y zapatito blanco, zapatito azul, dime cuántos perros viste deambular de madrugada, eran tres, eres seis, eran señores embajadores y muchachas de paga, de pega, labradores, sanbernardos, cockers de pantufla y marquito colonial. Yo no esperaba que Olivia así, asá, salud, mezcal, rompope, comienza a mamar, no te lo puedo creer, lets get physical, porca miseria, le agarra gusto uno luego, uno le dice a sus pensamientos: oquei, déjense de buscar, ya llegamos y ni siquiera avanzamos, ni buscamos, ni ná, la rubia sabe lo que sabe y bien, a toda madre. Por eso, digo yo, hay que dejar de clasificar a la gente, aprender nomás, imaginárselos desnudos, de niños, durmiendo. Así te ahorras lo que sobra: Yo pienso que, Yo veo que, Yo considero que, Yo en tu lugar, Yo no sé cómo pueden existir personas así, tan sin chiste y feas, porque hay que ver qué fea es cierta gente, ciertos esperpentos latinoamericanos, algunos mostrencos europeos, muchos orientales jodidos de plano, de plato, de plebe, de plomo en la sangre que les ha de arruinar la vida o les hará traer pegados a la piel los imanes de la cocina, esos con figuritas de pan y jitomate y Hércules, el de Disney, y teléfonos de pizza, gas, taxis y sushi California. AH! No me lo esperaba, de veras. Es el trabajo el que hace que nadie espere nada ya, vacía la choya y seca y miserable y qué te cuento yo si tú ya sabes todo lo que se dice en estos casos: ah, la vida debería encontrar eso que perdió cuando dejó de ser vida: el sol, las montañas, los alhelíes, el río rumoroso, el pavoroso cañón, el hermoso atardecer con agujas de pino en la boca, entre los dientes, salivando mientras se encuentra que la nube aquella parece un conejo y aquella otra parece conejo asado y aquella no parece mas que nube. Pero Olivia no sabe nada de eso, ella vive en un mundo de leotardos y hair spray, cámaras listas a ponerla en los anales del siglo, junto a ese Papa y esa señora que tantos niños salvó y ese negrito bailador y aquel señor que descubrió la fuerza de los átomos en calefacción. Me chupó un huevo, Olivia, uno y nada más, porque algo explicó acerca de los excesos y un arrepentimiento que no comparto, yo que soy tan falto de conciencia o moral, mientras cuidaba de no despeinarse el copete, Capote, cold blood. Parafernalia extravagante del arcángel de los tiempos: una chamarra de piel de rinoceronte y un rinoceronte atado a una pata del comedor, todo nomás porque le dijeron lo bueno que sería, lo bien que se vería, las últimas noticias de Nueva York: folk, punk, funk, drunk, fuck. Y yo qué? Nada, nada: nada en tu mar de bar en bar; dile a ese que te dice: vamos a nadar, dile: nada, nada, acá chupan huevos, sabes, lo podrías hacer tú?, pero piénsalo: Olivia Newton John todavía aguanta sus quiebres si abres los sobres que de cocaína rebosan en sus maletas junto a las pantaletas bajo el ventilador. Podríamos suponer que las situación no es la ideal para casos como el tuyo, tan necesitado de, pero, bueno, hombre, sí, así, te, podrías, permitir, el, lujo, de, tener, a, una, chica, de, cincuentaytantos, chupándote, un, huevo. Cosas que no se compran en la tiendita de la esquina, cantina o centro artesanal.