Se apacigua mi mente.
se encandilan tus ojos.
se atenua la música y
se asoplan las nieblas.
Con admirable guardián
que me acuna en sus alas
me revuelco en sábanas
a mi piel, de terciopelo
y desfallece mi cuerpo
entre aliento a deseos
y nubes de mis fantasías.
Así, tus alas despliegas
con total desenfado
lanzándome a un vacío ,
a un lecho que plasma
una almohada de plumas
manchada de mi sangre
donde la caída se siente
y veo con suma tristeza
como de mi vista,
vuelas.
Texto agregado el 05-10-2010, y leído por 439
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Lectores Opinan
19-10-2010
Siempre me sorprendo,al leerte.Cuanto que aprender cada dia,de unos y otros.Magnífico poema.****** julosan