Los arrogantes no se detienen a considerar ni padecen insomnio por no haber sido. A los inútiles e infructuosos ayeres que nos provocan cambios, a ellos bendigo. Sabemos que fuímos con llamas incendiados aunque cuando al fin nos abrazamos nos aquietaron haces de dolor y espinas con los anhelos jamás alcanzados. Mas hoy el tiempo transcurre limpio, sereno. Cruza suave los tumultos ciudadanos. No existen congojas en el presente y el alma se ilumina entre las manos. Delante nuestro el camino se muestra cierto. Cómo sabe tanto él nos cuida y proteje Aún estando lejos, mas cerca nos aproximamos y vamos confiados a llegar al destino. Es un sendero libre de vientos, de cenizas. Al transitarlo encuentro la flor de la esperanza y la siento totalmente libre en sus pétalos pues lleva pruebas de anhelos enmarcados. Ya cubrimos con verdades la inocencia que se agotó en proyectos inmaduros. Ahora conocemos a ciencia cierta que lo tomado como eterno no es el futuro. Oscar Néstor.
Texto agregado el 04-10-2010, y leído por 220 visitantes. (3 votos)