En estas instancias donde porto una herencia de problemas reales digo: Dios me dio un don, una capacidad, un talento, para que lo entregue a los demás y no para que me lo guarde.
Es preferible que pueda transmitir el conocimiento en forma masiva antes que yo definitivamente quede encerrando domesticando animales o arreglando computadoras en un taller de mala muerte, no debería dispersarme, pues es más valioso en si dar conocimiento que ponerse al servicio del cuerpo; si se quiere una manera de saldar la deuda obligada por el solo hecho de estar aquí, siendo, ocasionando gastos.
Si fuera un Dios sería Jehová, un ser bueno, amigo, pero a la vez capas de castigar a su propio pueblo y creación con penas ejemplares, puesto que a él le resulta muy importante que el humano se pueda desarrollar en plenitud y armonía y no en el caos destructivo, por decirlo así en una sola imagen de una manera resumida.
No he sido un hombre ejemplar pero pago con dolor físico el día a día en mis entrañas por las tonterías que he hecho, ahora lo más conveniente será entregar el conocimiento que pueda tener antes que se pierda en mi destino.
Será mi destino una alborada donde en el fondo hay un cielo celeste y acompañando el cielo de Dios.
Últimamente estoy creando un sitio titulado: De arte somos. El cielo del arte. Un lugar para exponer en videos cualquier representación de aquel mundo. Además de todas las disciplinas conocidas, incluida la cocina, la moda, la talabartería; más una sección para gente conflictuada por los límites donde pueda terminar este tema del arte y otras cosas más.
Estoy embebido en esta temática, siento que ya no podré salir de aquí.
Impulsado por el entusiasmo estoy cocinando una pieza de alfarería de donde sale un duende quien me aprueba dándome la razón, alentándome a que siga con la idea de publicar mis conocimientos.