Renacer
No quedaba nada, sólo cenizas y recuerdos
Caminando desolada pensaba en lo bello que había sido todo.
La tristeza no dejaba ver más que desolación.
Los pies se perdían cuando pisaba, pero algo se interpuso.
Sus dedos se enredaron en lo que parecía ser un hilo.
¿Un hilo, que puede hacer aquí?, la curiosidad pudo más que la tristeza y comenzó a despejar ese lugar para ver que era.
No era un hilo, era una raíz, de lo que en un tiempo cercano, había sido una planta de resplandecientes flores.
No pudo contener la emoción y el llanto, pero era un llanto de amor, de esperanza que la hizo dar vueltas como una bailarina y esa alegría barrió con las cenizas y esas lágrimas regaron el lugar y esa raíz se aferro más a la tierra y surgieron brotes que se esmeraron por alcanzar el sol.
Por la magia de la vida, y tal vez con la ayuda del hada de colores y el duende de luz, todo volvió a brillar, se llenó de mariposas, de colibríes, de flores.
Y siguió caminando, ya sin miedo, sabiendo que si el corazón está despierto, siempre habrá una raíz que nos devuelva la esperanza.
Esto está dedicado a todas las personas que con una palabra, a veces en silencio, con cariño ayudan en los momentos oscuros a sostener la mano del que cree que no tiene fuerzas para encender la vela.
Especialmente, es para vos amiga SHOSHA (Maruchi para mí), gracias.
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