Mantienes su atención centrada en ti, sonríes satisfecha de tener sus oídos dispuestos, piensan de ti lo mejor, te ven caminar segura, por que no te miran los pies.
Estás en el epicentro, te escuchan, te consuelan, oyen tus quejas, tus penas, tus patéticas riñas, te ven llorar y se compadecen, lamentan que sea tan pobre tu existencia.
Te alimentas de lastimera compasión, temes estar sin ellos.
Aparentas, otro día, ser la reina del lugar, escucho tu risa hasta acá, hablas de cosas mundanas, das consejos de vida, te desenvuelves contenta, te vanaglorias con logros ajenos y bailas con pasos aprendidos.
Y heme aquí, llegue al bendito lugar.
Temes que me conozcan, temes que sepan la verdad.
Sabes que conozco la oscuridad en ti, el desanimo de tus días, temblando al pensar que podría descubrirte ante un público que realmente no existe.
Detestas mi presencia, porque sabes que lo se todo, te abruma mi mirada, porque ves en mí tus peores años, tratas de mantenerte oculta, resguardada por tu hermosa máscara de colores.
Puedes engañarlos a todos, excepto a mí y a ti misma.
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