Querida, cuando rondete la tristeza
y con recuerdo febril aparezca yo
ven y lee lo que un día escribí para tí
y recuerda lo que un día fuiste para mí
Revive las palabras que de mi boca solté
con el aliento de los besos que nos dimos
en atrabancado y demente momento
y mantenles así, sin más aire que el tuyo.
Cuando tus lagrimas rompan las cadenas
y salgan sin permiso de tus ojos bellos
ve a tu erario y mira mis fotos, mis cartas
o lo que hayas guardado de mi; y deja de llorar.
Alegrate el momento, ríe de dolor perfecto
divorciate de la amargura, aunque sea pecado.
Texto agregado el 01-10-2010, y leído por 223
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Lectores Opinan
02-10-2010
Muy buen texto! ,mis***** nanajua
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