Tierno girasol campero
en las mañanas frías cuando sale
el rey astro,
despiertas para mirarle de frente
con el rocío sobre la espalda
de tu corola, apenas puedes erguirte.
¡Oh cálido sol!
Llegas para dar calor
al resfriado,
para agotar un día más.
Yo agradezco tu existencia
y admiro tu majestuosidad
tan imponente eres que nadie te mira
a los ojos.
Eres amparo a los desolados, a los que tienen
apenas nada en la vida, a los desinteresados
materiales, los que no tienen una morada propia
y ni les interesa tenerla.
Esos ellos, somos algunos poetas.
Texto agregado el 30-09-2010, y leído por 190
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Lectores Opinan
30-09-2010
Nada más bello que un campo de girasoles florecidos. Filiberto