Ahora ya despierto...


Ahora que al fin despierto de este, mi letargo; al que sutilmente me vi arrojado por el fuego lacerante que brota al amarnos y al que gozoso entregué mi calma dejándome aturdir luego de nuestra fusión, siento aun mas vivos los aromas de nuestros cuerpos saciados, el olor intenso de nuestros sexos bañándonos y abarcando cada espacio de este lecho donde se ha instalado, te miro; me conmuevo.

Sin tocarte siquiera, siento de igual forma el ardid de tus carnes, aun vivas, aun húmedas y tibias producto de mi simiente.

Entre deshojadas sábanas te huelo, te respiro y resucito y te beso, invitándote a comenzar y embestirnos de nuevo con manos y dientes, mirándonos y agonizando en el placer sagrado de jugar con la vida y la muerte a punta de irracionales deseos; mordiéndonos, lapidándonos, reviviéndonos.




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