Una noche cambio mi vida,
sólo una noche,
en la que quería que el mundo se acabara,
porque el desastre estaba apunto de llegar,
pero algo iluminó mis ideas,
algo me hizo ver las cosas diferentes,
y fuiste tú! tú mi amado Dios!
Quién me hace despertar cada día,
no sabía lo que significaba el verdadero amor,
hasta que supe como me amabas,
no sabía que era dar la vida por alguien más,
hasta que diste a tu hijo para que muriera por mi,
no tenía idea que era sentirse acompañado cada segundo,
hasta que sentí a tu espíritu junto a mi.
Y ¿qué es el consuelo?
no esperaba que limpiaran mis lágrimas,
y menos que me abrazaran para sonreir,
con una sonrisa efímera que acallara en lo profundo un dolor,
mi amado padre,
tu!, solo tú, me diste la felicidad plena,
sólo tú, supiste calmar mi dolor,
esa felicidad que tenía guardada muy en el fondo,
que no sabía que existía,
hasta que tu me llenaste de ti y la sacaste,
ahora soy feliz!, tengo felicidad plena.
Quise saber que es el amor verdadero,
y lo busque donde nadie podría darmelo,
quise experimentar felicidad plena,
la encontre en tantos lugares pero era tan efímera, que al regresar la tristeza era más grande el dolor,
quise llenar mi vida de ti, de tu amor, hasta que quise dar parte de eso que tú me diste a los demás,
lo hice!,
mi amado padre, me enamoraste,
me llenaste de ti, me diste el amor más puro que pude encontrar,
no tengo palabras para agradecerte,
no tendré vida para amarte,
me hiciste inmortal,
y ahora solo puedo decirte, te amo mi Dios,
úsame como tu herramienta,
llevame a donde tenga que ir,
enséñame a mostrarle a los demás que tu amor es eterno y nadie lo acabará,
hazme por siempre hija tuya...
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