Cabalga la noche orondo y frágil Sus ojos sutiles y filosos abren una grieta invisible en la carne Su espíritu indómito hermoso y rabioso arde en el magma del volcán imaginario Sus versos repican como campanadas en epitafios ilegibles a merced de un corazón en tinieblas Pero el 2 no es un número para el poeta maldito y aunque se levanten los muros de la muerte serán inmortales sus pequeños poemas infinitos A Federico García Lorca
Texto agregado el 26-09-2010, y leído por 589 visitantes. (15 votos)